De Frente: La doble vara de medir de la Iglesia. Morales Bermudo
A todos nos molestan las injusticias. Con demasiada frecuencia, éstas nos afectan a los cofrades, como nos afectan a los ciudadanos en otros ámbitos de la vida. Con respecto a las hermandades, las injusticias pueden venir desde distintos sitios. A veces es la autoridad civil (al hermano mayor de Las Cigarreras no lo recibe el delegado de urbanismo y a San Esteban le ceden el convento de San Agustín, por ejemplo), otras la prensa (siempre nos hablan de las mismas hermandades en algunos sitios, ya incluso para decirnos que el hermano mayor de la del que escribe va a un acto ¡¡¡qué importante!!!), otras los artistas (¿no existen más hermandades que las que siempre aparecen pintadas en los carteles?), y la mayoría de las veces, la propia Iglesia.
Viene mi artículo a hacer una reflexión sobre la prohibición a la hermandad de la Misión de trasladar a su paso de misterio para su estancia en la Catedral con motivo de la celebración de Munarco con música, una decisión que, sinceramente, no entiendo. Partamos de la base que a mi Munarco no me gusta, ni me gusta que vayan pasos a la Catedral para exponerse con el único objeto de que unos señores ganen dinero, pero, una vez autorizada la hermandad a hacerlo ¿qué inconveniente existe para que vaya acompañado musicalmente cuando se traslade?
Voy a poner varios ejemplos que creo que ilustrarán lo que creo que es una injusticia. En el año 2001 la Virgen de la Esperanza de Triana fue "trasladada" a Santa Ana para celebrar el cincuentenario del Dogma de la Asunción. A su regreso, el "traslado" se hizo con música. Este mismo año, la Virgen del Rosario de la Macarena fue "trasladada" a la Catedral precisamente para presidir un acto no litúrgico, el Pregón de las Glorias de María. El "traslado" se hizo con música. ¿Qué diferencia hay entre esos casos y el traslado del paso de la Misión? Seguramente que no lo hace la Esperanza de Triana o la Macarena. Tengan por seguro que si los pasos de algunas de estas dos hermandades, o de cualquiera otra de penitencia con "tirón" fuese a Munarco, la Iglesia le habría permitido que lo acompañase una banda. Por lo tanto, ni entiendo ni entenderé nunca que a unas hermandades se les autorice lo que a otras se les niegue.
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