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Análisis político. Las tribulaciones de un candidato "al 99,9 por ciento". Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla


Martes, 24 de enero. Mediodía. La cita estaba fijada bastantes días antes, pero la obligada asistencia a un funeral lo impidió. Ni siquiera hay que utilizar el coche oficial para llegar al restaurante, el acostumbrado Egaña-Oriza. La convocatoria del encuentro es materia de dominio público. Son en torno a las dos y cuarto de la tarde. Javier Arenas, presidente del PP andaluz, se sienta por fin a comer a solas (absolutamente a solas) con Jaime Raynaud, portavoz municipal que lleva meses soportando cábalas sobre su futuro político, aguantando una baraja pública de nombres de supuestos candidatos de su mismo partido a la Alcaldía de Sevilla y, por lo tanto, haciendo frente a los aguijones a pie de calle que le recuerdan que aún no ha obtenido el refrendo oficial del aparato del partido para repetir como aspirante al sillón principal de la Plaza Nueva.

Arenas y Raynaud, no se olvide, son viejos conocidos del extinto PDP. "Después de 25 años de amistad, Javier nunca me ha fallado", se le ha oído decir a Rayunaud hasta en los momentos de mayor incertidumbre. El almuerzo es largo. La cita se interrumpe porque el coche de cristales ahumados espera para visitar uno de tantos pueblos que el líder del PP andaluz se empeña en patear tratando de convencer de las bonanzas de la alternancia, esos municipios donde promete lo imposible a sus correligionarios, según la práctica que le recordó Soledad Becerril en la última cena navideña del partido. (A Arenas, por cierto, le escoció bastante que trascendiera el contenido de aquel discurso de la única alcaldesa del PP que ha tenido Sevilla).

Un almuerzo debe dar para mucho. Raynaud ha pasado en los últimos meses de ser "el mejor candidato posible" a ser bautizado públicamente el pasado miércoles como el "referente indiscutible del partido en Sevilla". De relevado en las quinielas por el propio Arenas, Zoido, Martín Rubio y hasta el periodista Carlos Herrera durante el segundo semestre de 2005, a trabajar desde enero de 2006 como un candidato in pectore obsesionado por conseguir los 4.000 votos más que le harían falta, según los cálculos de su entorno, para pasar de 12 a 15 concejales y, a partir de ahí, coaligarse con el PA.

Raynaud y su entorno se mueven ya en clave electoral, convencidos de que Sevilla es prioritaria para el PP nacional. "Madrid está ganada. De la capital no hay ni que preocuparse. Barcelona es justo el ejemplo contrario. Valencia es el mismo caso de Madrid. Y en Zaragoza está muy fea la cosa, sobre todo con el lanzamiento que supone para una ciudad una Exposición Internacional. En Madrid está muy claro que las metas son Sevilla y Bilbao".

Raynaud habría planteado a Arenas la necesidad de ser proclamado candidato antes de la Feria, pero como la capital de Andalucía es objetivo preferente en la calle Génova, se colige que no todo dependerá de Arenas a la hora de decidir cuándo y cómo. Probablemente nadie discute la importancia de disponer de dos Ferias (2006 y 2007) como cabeza oficial de lista electoral antes de las elecciones. Unos comicios fijados para el 27 de mayo de 2007, Domingo de Pentecostés en el calendario litúrgico, por lo que el Rocío puede fomentar la abstención. Hasta esto tiene en cuenta ya el círculo de este candidato in pectore.

Prueba también de que el círculo de Raynaud no duda de su próxima investidura como número uno de la lista es que su equipo tiene calculados de dónde deben salir exactamente esos miles de votos necesarios en función de un estudio interno realizado por cada colegio electoral, cada sección y cada mesa. Pero las aspiraciones por lograr la proclamación antes de la Feria pueden toparse con el resultado de la convención nacional que –al estilo norteamericano– tiene previsto el PP nacional del 4 al 6 de marzo. De lo que allí se cueza dependerá mucho el calendario de designaciones. Los incondicionales de Raynaud no quieren ni plantearse la posibilidad de una proclamación tras el verano.

Las tribulaciones de los últimos tres años incluyen el propósito de no repetir errores de la anterior campaña electoral, no echar más anzuelos en caladeros poco propicios para la pesca, no perder el tiempo con un rosario de reuniones con el colectivo de dirigentes vecinales ("El 90 por ciento son socialistas o afines al PSOE y está demostrado que en la campaña de 2003 cometimos una tremenda equivocación al volcarnos con ellos") y no apostar más de la cuenta por el corazón del Distrito Macarena, donde se abrió una oficina del partido que ha habido que mudar cerca de San Gil. "No hay que buscar al dirigente vecinal, sino al vecino". Los asesores repiten machaconamente que no hay que asistir a la inauguración oficial de la Feria del Toro, sino recorrer el recinto mezclados entre el público. Mientras, la condición de candidato in pectore ofrecería algunas ventajas, más aún si se tiene en cuenta que Raynaud sueña exclusivamente con ser alcalde. Sus ambiciones políticas no tienen billete de AVE, lo que le libraría de recelos en el partido.

El inconveniente de lucir la condición de in pectore (como le ocurre a ciertos cardenales) es que el nombramiento nunca adquiera publicidad. Quizás en esa incertidumbre radica la emoción de la política, difícilmente controlable al cien por cien por mucho que se trabaje con una previsión del "99,9 por ciento" y de que haya habido mesa, mantel y varias horas de reloj por delante.

Nota: Análisis publicado ayer domingo 5 de febrero en Diario de Sevilla.

 









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