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Crónicas desde la Campana. La Madrugá


Noche de contrastes entre silencios y aplausos

 Daniel García Acevedo. La Madrugá empezó en la Campana con una temperatura muy agradable y en toda la noche no hizo excesivo frío, cosa que se agradeció.

La Cruz de Guía del Silencio se plantó en la Campana a la 1,20 h., cinco minutos antes de lo marcado. Ntro. P. Jesús Nazareno traía la túnica conocida como la del delantal, una cosa inusual pero que merece la pena ya que es una autentica joya. El Señor pasó con su habitual andar rápido. La Virgen de la Concepción llevaba azahar en todas las partes del paso, lo que hacía que desprendiera un olor muy agradable. Estuvo acompañada por una saeta que se interpretó desde un balcón.

Al Señor del Gran Poder, que pudimos verlo en la calle antes de ser restaurado, le cantaron cuatro saetas con lo que estuvo todo el tiempo de Campana acompañado de las mismas. Inenarrable e indescriptible las emociones que se sienten cuando se le ve caminar por la calle. Solo hay ojos para El y falta tiempo para terminar de pedirle cosas. Si me preguntan como es el paso del Señor les responderé, ¿tiene paso el Gran Poder?. Me pareció que venía andando. Impresionante el sonido que emiten las bambalinas y los borlones del palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso cuando chocan con los varales. La jornada estaba casi cuadrada al milímetro, ni adelantos ni atrasos.

 El Señor de la Sentencia lucía este año la túnica llamada de los cardos. A los sones clásicos de la Centuria Macarena se paseó por la Campana con seis marchas seguidas, desde el Duque hasta bien entrado Sierpes. El andar característico de este paso con los costeros abiertos y cada vez que termina una marcha el paso atrás con el derecho, como si fuera a coger impulso. Muy elegante esta entrada en Campana.

Detrás todo el manto blanco de plumas de su Centuria Romana. A la Señora le tocaron las marchas “Macarena” de Abel Moreno en el Duque, “Virgen Macarena” para llegar al palquillo, en la calle central “Pasa la Macarena” y “Coronación Macarena” y ya en Sierpes “Esperanza Macarena”.

Se formó una pequeña bulla delante del paso, entre nazarenos y acólitos, y el paso tuvo que ser parado en la entrada en Sierpes. La Esperanza lucía hermosísima, como siempre, con el manto de la coronación y los costaleros la llevaron magistralmente meciéndola al son de las marchas.

Las levantás y arriás del paso eran precedidas por grandes aplausos de los abonados de las sillas que no querían que se fuera la Madre Bendita. En este instante se acumulaba en este punto un retraso de siete minutos.

 El paso del Cristo del Calvario anduvo a un ritmo veloz, aunque tuvo que ser parado dos veces debido a que en determinados momentos el paso no podía avanzar. La Virgen de la Presentación lucía esplendorosa con toda la candelería encendida y que la iluminan tan bien al llevar tantas velas. El manto es una verdadera maravilla.

El Stmo. Cristo de las Tres Caídas entró por la calle O´Donnell a los sones de “Bulería en San Román” con su andar tan característico y portentoso. Después del palquillo se interpretaron las marchas “Silencio Blanco” y “Enmanuel” para terminar, con el paso ya metido en Sierpes, con “María Stma. del Rocío”.

En, al menos, un par de ocasiones hizo el famoso paso atrás que agradeció el publico de la Campana con fuertes aplausos. La Esperanza de Triana llevaba este año rosas de color rosa muy bien colocadas y con mucho gusto. Los costaleros la llevaron muy despacio, casi sin avanzar, y con unas mecidas muy finas.

La banda de Santa Ana de Dos Hermanas interpretó cuatro composiciones. Al empezar a tocar “Esperanza de Triana Coronada” el público de las sillas se arrancó en un fuerte aplauso, que tuvo continuidad cuando la Virgen entró en Sierpes y se dejó de ver en Campana. La llamada al paso del palquillo la hizo Manuel Román, presidente del Consejo de Cofradías. El retraso en este momento era de 17 minutos.

 El hermano mayor de los Gitanos, José Miguel Ortega Ezpeleta, estuvo viendo el paso de su cofradía por Campana desde el palquillo del Consejo. El Señor de la Salud entró con una chicotá de las de antaño acompañada por la agrupación musical Virgen de los Reyes. Comenzó con “Perdona a tu Pueblo” y continuó con “Saeta”, “Cristo de los Faroles”, “Al Compás de la Laguna”, “Gitano de Sevilla” y por último “Caridad del Guadalquivir”.

En varias ocasiones se nos pusieron los bellos de punta al ver al Señor de los Gitanos avanzando tan despacito y siempre de frente, con las marchas una detrás de otra y, tras varios aplausos, cuando el Señor se marchaba hacia Sierpes, sonó la ovación mas fuerte y larga de toda la Semana Santa y, seguramente, de muchos años.

La Virgen de las Angustias, con el manto de la Casa de Alba, entró con las marchas “Madre de los Gitanos Coronada”, “Caridad del Guadalquivir” (como al Cristo) “Callejuela de la O” y “Pasan los Campanilleros”. Traía, igualmente, un andar cortito y lento, este año que debutaba en el martillo Alberto Gallardo hijo.

A las 7,47 h. de la mañana terminaba la Madrugá en la Campana.

Fotos: Francisco Santiago.









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