La Transfiguración del Señor. Antonio Sánchez Carrasco
Segundo domingo de Cuaresma, día en el que los Genovevos le decimos a la vida que con nuestros defectos e imperfecciones queremos seguir siendo discípulos del Dios implorante. Queremos verte en nuestra vida Señor de los espacios infinitos, como infinito es el espacio entre tus ojos que te obligan y tus manos que te atrapan. El día más importante como Cofradía, el día en el que vuelves a identificarte con la creencia de que puede existir un Mundo Mejor.
Día de pies doloridos por la poca costumbre de ponerse zapatos de bonito, de este que les escribe. Se marcha la Cuarentena sacra a pasos agigantados. Pero no seré yo quien se pare a pensar en lo que viene sin pensar antes en lo vivido. Poco a poco vamos transfigurado nuestras almas en seguir con más intensidad a ese Señor que nos miraba hasta ayer solitario en el altar mayor de nuestra nostalgia.
Mientras terminaba de hablar Su Eminencia en el Arenal se desdoblaba mi pensamiento en la Niña de los ojos hermosos portando a su Hijo el que fuera Cautivo en el Tiro, muerto por nosotros en plena calle Adriano.
Se va el domingo de la Transfiguración del Señor y va la vida buscando su sentido. Hoy me quedo con mis Hermanos de escudo mercedario y con el buen día de reafirmación de una forma de vida imperfecta pero lo más cerca posible del Dios del Tiro. Nunca unas imágenes tuvieron mejor destino. Cautivo y Mercedes uniendo su rebaño en el segundo domingo de Cuaresma. Y sobre el altar sólo tú rostro. El dolor contenido, el alma expuesta, el dolor sobrecogido, la mirada inquieta. Y a tus pies el Tiro para enjugar esas lágrimas que se intuyen en tu bendito rostro. Ya la función principal de Instituto es un recuerdo, un hermoso recuerdo, y es que lo que el Cautivo unido que no lo separen los hombres.
#LosLunesAlSol
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.