La Hermandad de la Trinidad aprueba los proyectos para la culminación del paso del Sagrado Decreto
Arte Sacro. En la noche del 28 de marzo, la hermandad de la Trinidad, reunida en cabildo general extraordinario de hermanos, ha aprobado los proyectos para la culminación del paso del Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad.
Para ello, la hermandad ha seguido las directrices y recomendaciones de una comisión de reconocidos expertos en teología e historia del arte, integrada por:
Antonio Rodríguez Babío, Delegado Diocesano de Patrimonio Artístico de la Archidiócesis de Sevilla.
José Roda Peña, catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla.
José Ignacio Sánchez Rico, licenciado en Historia del Arte y Máster en Arquitectura y Patrimonio Histórico.
Francisco Javier Sánchez de los Reyes, licenciado en Historia del Arte.
Amparo Rodríguez Babío, doctora en Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas.
Esta comisión ha asesorado a la hermandad con el propósito de completar el paso de misterio respetando los principios iconográficos y facilitando su correcta interpretación.
Entre las mejoras propuestas por los expertos, se encontraba la necesidad de unificar los diferentes cánones de las imágenes, reorganizar su distribución para eliminar espacios vacíos y evitar la sensación de amontonamiento, lo que dificultaba la comprensión del misterio representado.
Asimismo, se identificaron incongruencias doctrinales, ya que la representación actual de la Santísima Trinidad situaba a sus figuras al mismo nivel que los Santos Padres, cuando estos deben mostrarse en actitud de adoración ante tan magno misterio, imágenes que además debian de adaptarse a su correcta iconografía.
Por otro lado, la comisión señaló que la disposición actual de las imágenes no favorece la comprensión del misterio, desvirtuando así el propósito fundamental de los pasos de Semana Santa: transmitir las verdades de la fe cristiana a través de la representación plástica.
Proyecto de culminación del paso
Ante la necesidad de adecuar el misterio a los criterios iconográficos y teológicos indicados, la hermandad ha encomendado al escultor José Antonio Navarro Arteaga la ejecución del proyecto, artista propuesto por la citada comisión en virtud de la calidad de su obra y su idoneidad para esta labor.
Tras un estudio detallado del informe teológico elaborado por la comisión, el imaginero ha diseñado una propuesta en la que la Santísima Trinidad adquiere un protagonismo más claro mediante su elevación dentro del conjunto, realzada por una ráfaga de rayos que otorga mayor majestuosidad a la escena.
La composición se abre con la imagen de San Miguel Arcángel venciendo al dragón del pecado, imágenes que se conservarán del misterio actual, pero incorporando junto a ellas un elemento simbólico de gran significado: la Palmera y el Amor Divino, representada en madera tallada y dorada o bien en metal, y elevada sobre una nube que permitirá una mejor visibilidad del Arcángel y del Dragón.
La Iglesia dormida y la Fe forman un conjunto escultórico con el propósito de enfatizar el mensaje de que la Fe es el pilar que sostiene a la Iglesia, reforzando así la enseñanza teológica implícita en la escena.
En cuanto a los Padres de la Iglesia, se ha optado por representarlos con mayor claridad iconográfica: San Jerónimo aparecerá con el torso desnudo, sosteniendo el pergamino de la Biblia en alusión a su labor de traducción. San Ambrosio y San Agustín formarán un grupo en el que se plasmará su vínculo doctrinal, con San Agustín tocando la espalda de San Ambrosio en señal de aprendizaje y transmisión del conocimiento, mientras este último extiende los brazos en forma de cruz, evocando el momento de su muerte y sosteniendo el báculo de Obispo de Milán.
Por su parte, San Gregorio, el único Papa entre los cuatro Padres de la Iglesia, será representado en actitud semigenuflexa, como gesto de reverencia ante la Santísima Trinidad.
Un paso clave para la Semana Santa de Sevilla
Con este proyecto, la Hermandad culminará el paso del Sagrado Decreto, adaptándolo a una representación más reconocible y fiel de su iconografía, la correcta distribución de los espacios y el respeto a los principios doctrinales. Todo ello con el objetivo de favorecer la comprensión del misterio que representa: la decisión de Dios Padre de enviar a su Hijo a la Tierra para la redención de los pecados de la humanidad.