La muerte pelona. Antonio Sánchez Carrasco

Aunque no trae bambalinas,
un suspiro se me escapa,
Cuando pasa la Canina,
Tan silenciosa y callada.
Parabanse los relojes,
Con ansias de madrugada,
Y por Tetuán volvía,
La muerte toda encorvada.
No componedle una marcha,
Que aunque oírla ella quisiera,
No es que sufra de sordera,
Es que orejas ya le faltan.
No gritadle ni los vivas,
Tampoco decidle guapa,
Que siempre que se emociona,
Las cuencas se le encharcan.
No necesita tambores,
Pues el aire en sus costillas,
Silba una seguidilla,
Al paso de sus Dolores.
Pues va para 4 siglos,
Sus huesos y su figura,
Que sentada sobre el mundo,
Despierta cierta ternura.
Ya pasa el futuro cierto,
Ya pasa la muerte pelona,
A esconder sus huesesitos,
En San Gregorio Bendito,
Donde todo el año mora.
No pases Canina mía,
No pases tú muerte cierta,
Que al pasar tu Cani mia,
Mi alma queda desierta.
Prendido quedo en tus cuencas,
Redondas como la luna,
Porque caninas habrá,
¡Pero como tú ninguna!.

 
Extracto del pregón de la Levantá 2025 de Antonio Sánchez Carrasco.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.