Bajo el manto del Amparo, Sevilla renovó su amor en la Festividad del Patrocinio de Nuestra Señora
Fco Javier Montiel. El segundo domingo de noviembre, festividad del Patrocinio de Nuestra Señora, y día en que concluyeron los cultos internos organizados en su honor, la querida imagen de Nuestra Señora del Amparo volvió a recorrer las calles de su feligresía en una jornada cargada de emoción, fraternidad cofrade y significado devocional.
La venerada Virgen, titular de la Hermandad de Nuestra Señora del Amparo, con sede en la Parroquia de Parroquia de Santa María Magdalena (Sevilla), iba a tener este año un detalle extra en su procesión: los cuatro cirios que iban a alumbrar su paso procesional con emblemas muy concretos y cargados de simbolismo. Uno de ellos portaba el escudo de Su Santidad el Papa; otro ostentaba el logotipo del Jubileo 2025 (que representa cuatro figuras estilizadas que se abrazan para indicar la fraternidad que une a los pueblos, en el contexto del Año Santo); un tercer cirio mostraba el logo de la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús Regina Mundi, colectiva a la que iba dirigida la Obra Social promovida en torno a la futura Coronación Canónica de la Virgen; y el cuarto lucía el emblema de la inminente Coronación Canónica de Nuestra Señora del Amparo, cuyos trámites han sido aprobados por el cabildo de la hermandad en enero de 2025.


La pintura de los emblemas fue obra del hermano Jaime Hernández, quien culminó ese encargo con sumo esmero y devoción para engrandecer el paso de la Virgen.



Desgraciadamente, en la primera levantá estos cirios hubieron de ser retirados debido al peligro evidente de rotura por su excesivo movimiento. Así para evitar males mayores fueron retirados.
Asimismo, el exorno floral del paso procesional se vistió de claveles blancos, aportando al cortejo un aire limpio, sereno y lleno de pureza mariana.











La solemne procesión arrancó a las 17:40 horas y recorriendo el siguiente itinerario: calles de Cristo del Calvario, San Pablo, Puerta de Triana, Reyes Católicos, Santas Patronas, López de Arenas, Galera, Almansa, Santas Patronas, Reyes Católicos, Julio César, Canalejas, Bailén, San Pablo y de nuevo Cristo del Calvario, con entrada estimada en torno a las 21:00 horas. Al pasar por el interior del templo y en memoria del voto parroquial, se entonó el Sub tuum praesidium, para culminar en el altar mayor con el rezo de las preces por los hermanos difuntos y el canto de la Salve final.
El acompañamiento musical corrió a cargo de la banda de la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen de Salteras, que con su interpretación ofreció un marco sonoro acorde al momento de recogimiento y devoción.

La jornada fue, sin duda, un limpio espejo del fervor mariano del barrio de la Magdalena, donde la Hermandad de Nuestra Señora del Amparo ha cimentado devoción desde su fundación en 1735, y donde la imagen atribuida al escultor Roque de Balduque ha sido protectora desde hechos tan significativos como el terremoto de Lisboa de 1755, al producirse sin víctimas en la feligresía y quedar aquella madrugada marcada como “resguardo” en la tradición popular.














Las hermandades de la collación participaron en la procesión con sus estandartes.
























Este segundo domingo de noviembre marcó, así, el cierre de los cultos y el inicio simbólico de la cuenta atrás hacia la gran efeméride de la Coronación Canónica, exhibiendo una Hermandad que, con creatividad y unidad, supo plasmar su compromiso devocional, social y cofrade.
Fotos: Fco Javier Montiel
