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Metrocentro, cofradías y, sobre todo Sevilla. Francisco Santiago


 Esto no es ya un proyecto, es algo que se venía gestando y que, desde el pasado mes de julio, ya es toda una realidad en marcha. El metrocentro, el nuevo muñidor (como bien indicó el maestro Burgos), pide paso a golpe de campana y con un temblequeo de suelo que… algo asusta, para qué engañarnos.

Ya se está hablando de la próxima Semana Santa, de las catenarias, del metrocentro y de la no ampliación (al menos por ahora) de la Carrera Oficial.

Como cofrade reconozco que lo de las catenarias no es nada bueno para el paso de las cofradías. Como sevillano reconozco que los postes que sujetan los cables, no son nada apropiados para el entorno… pero. Todo en la vida tiene un pero.

Si los sevillanos estamos pagando las catenarias y los postes y el metrocentro. ¿Qué va a pasar en Semana Santa, las vamos a quitar (tirando los cables) y las volveremos a colocar con cables nuevos?

Y si a la Trinidad se le ocurre llevar el Stabat Mater en el 2008 a la Catedral para celebrar sus 500 años de historia? ¿Qué harán? ¿Qué pasará?

Es difícil todo esto, los sevillanos deberíamos acostumbrarnos a las modernidades, al futuro que también nos toca de lleno, pero… Si eso ocurre debemos hacerlo con todas las consecuencias, para no estar como está la Plaza de España desde hace más de 20 años.

Sevilla es más que una pugna entre partidos políticos, es mucho más que un pulso entre lo rancio y lo moderno, muchísimo más que dos equipos de futbol. Sevilla es historia del mundo, una séptima maravilla dentro de una sexta que a su vez es quinta, cuarta y tercera, por no decir de un golpe segunda o primera maravilla.

Desde los fenicios, los cartagineses, los romanos, los árabes, visigodos y cualquiera que se pase por la ciudad, verá como su corazón le será reconquistado. Pero para eso tenemos que dejar que concluyan estas eternas obras, debemos de restaurar, y reparar, pero sobre todo enseñar a que sean respetados los monumentos y los habitantes: libertad sin libertinaje.

Sevilla es lo que es y como es, los árabes quizás vieron como una aberración la construcción de la Catedral sobre su gran mezquita, los visigodos se tirarían de los pelos al saber que su Catedral aún hoy se desconoce el emplazamiento concreto, los romanos nos conquistarían de nuevo al saber que sus construcciones están reapareciendo ahora en cada una de las obras de la ciudad…

Todas esas épocas fueron de cambios y seguimos en ello. Sevilla ha sido una urbe camaleónica que se supo adaptar a las diferentes culturas que la han habitado. Si la ciudad logró superar invasiones, guerras, terremotos… ¿No lograremos salvarla con unas simples catenarias?  

Fotos: Francisco Santiago










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