Arte Sacro
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Un domingo diferente. Isabel Serrato Martín.


 Nunca imaginé que un domingo me mostrara tantas caras y tan diferentes. Si soy capaz de resumirlas y ponerles nombre, diré, que vi la cara del amor, de la tristeza, del Rocío de Dios y de la Esperanza. A la vez, jamás pensé que en el día que me regalaría tantas caras, tuviera que levantar mi teléfono para consolar a tantos amigos. Yo también estaba triste, pero me consolaba la Esperanza , cuando a la vez le iba poniendo cara al amor. Ánimo amigos, que lo que siempre vencerá es que lo queramos esté donde esté. Y todo esto, a la vera de la Esperanza. Me dirán, que no era la mía, pero… ¿de quién es la Esperanza ? Quise celebrar con mi gente de Triana, con una hermandad que conmigo se ha portado de diez, celebré con Triana, que la Esperanza del mundo lleva una eternidad coronada, pero la Señora y Guapa Esperanza del arrabal, lleva veinticinco años en la Tierra luciendo corona de oro. Felicidades mi Reina, felicidades Esperanza.

Aunque mi pena secaba, cual pañuelo de lágrimas, en un duelo entre la esperanza y tu mano, mientras, se hace firme la idea de volver a la Aldea y buscar al niño Dios y a su Rocío, cuando todo lo puede y nada le vence.

Llegué y tal como en un sueño te vi, en la cercanía de un beso lejano entre ese polvo marismeño que es una cortina, preciosa, de damasco amarillo y entre dorado. Llegué a tu aldea y te vi tan cerca, que jamás un sueño se había hecho tan palpable. Menos mal, que tan sólo se cumplen los sueños y las pesadillas se cuentan para que no ocurran. Entre la multitud de cristianos, óigame cadena televisiva, entre la multitud de cristianos, un joven que por primera vez cruzaría su mirada con la Blanca Paloma en el suelo de la aldea. Botos,  vaquero “remangao” camisa de manga larga a media manga, pañuelo al cuello y sudor, que era las lágrimas de la emoción.

“- Quiero tocarla.”

“- No hijo mío, tu tienes a nuestra Esperanza, déjala y mírala, que este es el cielo para nuestros hermanos almonteños.”

Así se completó un domingo diferente y por supuesto me quedo con ello, con mi nuevo rociero apretándome la mano, y en ese momento soñando que mi amor también estaba allí, en la Esperanza de nuestro Rocío.

¡Viva la Virgen del Rocío!

A Fran Serrato, nuevo rociero, a Pablo, a Manolito, a Pedro, a Eduardo, a Juan Antonio, a Bernardo, a Migue, a Cris, a Antonio Padilla,… ¡Qué todo el mundo sea Rociero!

Foto: Eduardo Fdez. López.









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