Arte Sacro
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Patrimonio. El Museo de Bellas Artes muestra una de las obras cumbre del escultor renacentista Arnao de Bruselas.


 Arte Sacro. La consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, acompañada del obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omeya, presentó el día 6 de septiembre la exposición 'La Escultura en la Ruta Jacobea' que muestra, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el retablo mayor de la iglesia de Santa María de Palacio de Logroño, del siglo XVI, considerado una de las obras cumbres del escultor renacentista, Arnao de Bruselas.

La muestra, organizada por la Junta y la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, permanecerá abierta hasta el 23 de octubre. Su comisario es el doctor en Filosofía, Francisco Fernández Pardo y está patrocinada por entidades como Caja Sur, Fundación Santander-Central Hispano, Caja España, Fundación Bancaixa y el Gobierno de La Rioja. La exposición permite contemplar el resultado del laborioso proceso restaurador llevado a cabo recientemente sobre este retablo por un equipo de profesionales bajo la dirección técnica de José Antonio Saavedra y el Taller Diocesano de Restauración de Santo Domingo de la Calzada.

Antes de que esta obra vuelva a ser instalada en su lugar de origen, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha organizado esta cita, cuyo principal atractivo reside en la oportunidad de contemplar de cerca estas piezas y constatar sus afinidades con otras obras similares realizadas en Andalucía en la misma época.

Esta exposición consta de una selección de setenta piezas de madera policromada. La imaginería, de notable factura, muestra escenas de la vida de Jesús, apóstoles, santos, ángeles, iconografía mariana y acontecimientos bíblicos como la Santa Cena, la Oración del Huerto, la Adoración de los Pastores y los Reyes Magos.

El discurso se complementa de una serie de paneles informativos de carácter didáctico que nos ilustra sobre la figura del artista, la historia del retablo y las técnicas artísticas que nos introducen en el espacio de la exposición. De la misma manera, mediante paneles y dibujos, pretende dar a conocer cómo sería el taller de un escultor. El discurso museológico ha pretendido "introducir" al visitante por el mismo recorrido "horizontal" que el propio retablo sugiere en su composición vertical, respetando el orden y la composición de las piezas que el retablo tiene en su lugar de origen: desde los relieves del banco al remate del ático, pasando por las grandes escenas de la calle central.

Contexto histórico

En el siglo XVI algunas ciudades españolas protagonizaron una intensa actividad económica que favoreció la concentración de talleres artísticos y aseguró una importante producción de obras de arte. En este contexto histórico fue trascendental la participación de escultores, pintores, vidrieros, etc., procedentes de países centroeuropeos que aportaron nuevas formas expresivas a nuestro arte. Un ejemplo de esta actividad creativa es el Retablo Mayor de la Imperial Iglesia de Santa María de Palacio, de Logroño, que realizó el escultor flamenco Arnao de Bruselas con la colaboración de pintores españoles. Esta exposición nos ofrece el contexto histórico y social de la ruta jacobea y nos aproxima a los principales recursos artísticos que protagonizaron la renovación estética de las formas góticas tardías, así como nos presenta una recreación de un taller de escultura con sus herramientas y métodos de trabajo.

El discurso expositivo nos introduce en la compleja producción de un retablo en el que habitualmente intervenían varios artistas: arquitecto-diseñador, ensamblador, escultor, dorador y pintor-policromador. En estas grandes máquinas de la didáctica católica se combinan elementos arquitectónicos, motivos ornamentales abstractos, vegetales, fantásticos, etc. y representaciones figurativas, tanto pictóricas como escultóricas, que refuerzan el mensaje religioso.

 El retablo

Este retablo fue comenzado por el escultor Pedro de Bustamante, cuya muerte obligó al cabildo a contratar su continuación en 1553 con el escultor Arnao de Bruselas, brillante artista flamenco activo en La Rioja y en el valle medio del Ebro, donde construyó una serie de valiosos retablos de estilo renacentista. Ocho años después se tasaban los trabajos de arquitectura, ensamblaje y talla, si bien quedaron pendientes los trabajos de dorado y policromía que se ejecutaron, ya en la década de 1570, por varios pintores: Pedro Ruiz, el maestro Rojas y, principalmente, Francisco Hernández de Vallejo.

Este retablo renacentista posee esbeltas proporciones y su estructura se adapta a los tres planos del ábside: un cuerpo central, dividido en tres calles, y dos alas-calles oblicuas. En sus cinco calles se desarrolla el programa escultórico: los relieves se sitúan en las calles impares y en las calles pares las esculturas exentas de los santos protectores de epidemias (San Roque y San Sebastián) y otros relacionados, posiblemente, con las devociones particulares de los patronos o del cabildo. El programa iconográfico del conjunto está dedicado a la vida de Jesús, destacando las escenas de la Última Cena, el Lavatorio y el Árbol de Jesé. Sus soportes son columnas con capiteles de estilo compuesto y fustes acanalados, algunos con el tercio inferior tallado. Se completa el repertorio plástico con una exquisita y delicada decoración en la que predominan los grutescos, las figuras de atlantes y querubines, las cartelas, etc.

El artista

Arnao de Bruselas fue un artista flamenco de prestigio que produjo obras de gran calidad artística. Tanto su vida como su actividad profesional presentan grandes paralelismos con las de otros artistas del mismo origen que, establecidos en Sevilla en el mismo siglo, realizaron importantes retablos para ciudades y pueblos andaluces.









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