La procesión de la Divina Enfermera vista desde dentro.
Daniel García Acevedo. El sábado día 1 de octubre fue uno de los días importantes en mi Hermandad de la Sagrada Lanzada. La Esperanza Divina Enfermera sale por las calles del barrio. Yo, con este, llevo 6 años saliendo de encendedor del paso de la Stma. Virgen. Así que voy a contar mis experiencias vividas sobre la procesión.
A las 18,00 h. llegue a la Iglesia de San Martín para ir encendiendo el paso, ya que media hora mas tarde se celebraba la Santa Misa y tenía que estar todo preparado. Este año la Esperanza llevaba además de los candelabros del paso de Misterio, seis luces mas que eran de la candelería de la Virgen del Buen Fin, tres a cada lado, para que fuera mas iluminada.
A las 19,30 h. empieza a salir la procesión. Hay algunos nervios para que todo salga 
bien. Abriendo el cortejo la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Evangelista que interpreta la marcha Desprecio de Herodes. La Esperanza Divina Enfermera lo hace a los sones de la Marcha Real y a continuación de su marcha, Divina Enfermera, del maestro de la Vega. En estos momentos me acordé de las personas que están lejos de Sevilla y no han podido venir a ver la procesión y le pedí a la Stma. Virgen por ellos, ya que alguno me había trasmitido cierto mensaje para Ella.
El discurrir de la procesión en estos primeros momentos era algo lento, debido a que no muy lejos se encontraba la vecina Hermandad de la Virgen de la Cabeza y había que dejarles paso.
La Divina Enfermera iba adentrándose por las calles del barrio. Todo según lo previsto. Como no hacía nada de viento las velas se mantenían encendidas, con lo cual pude disfrutar aun mas de la Virgen. Primera visita a una Hermandad. Se trataba de la Divina Pastora de la calle Amparo. Al son de Campanilleros la Virgen es vuelta hacía la puerta, donde se le reza la Salve. Tras entregar la Hermandad vecina un ramo de flores para la Divina Enfermera, la Stma. Virgen continua su recorrido con la composición Buen Fin del autor Francisco Pastor.
En este instante me toca dar un relevo y coger un rato la escalera. Por lo tanto me sitúo en la trasera del paso, que es donde se encuentran las mujeres del barrio, verdaderas devotas dela Virgen. No quiero nombrarlas porque se me olvidaría mas de una, pero ellas incansables siempre detrás de su Virgen de la Esperanza, detrás del manto, todo el recorrido allí. Nadie se acuerda de ellas, porque no están a la vista, pero, estoy seguro, que aunque las últimas en la procesión, para la Divina Enfermera serán las primeras en sus peticiones.
Llegamos al Pozo Santo, y allí nuevamente la Esperanza es vuelta para que las monjitas de esta congregación puedan verla. Es el momento de recordar a los enfermos, a los impedidos, y Ella que tanto sabe de visitarlos, sobre todo su Niño, se encontraba en un hospital de ancianos. Se me vienen a la cabeza muchos de ellos, familiares, de la Hermandad que ya no están con nosotros... pero en ese momento tan sublime a la Virgen le cae desde una ventana del Convento una lluvia de pétalos, que aunque es muy bonito, resulta que es el terror de los encendedores. Uno de los candelabros queda parcialmente apagado, con lo cual mis compañeros y yo nos disponemos a encenderlo una vez que el paso llega a la altura de la calle José Gestoso. Por cada vela encendida, me viene un recuerdo distinto, una vivencia dentro de la Hermandad. Dejamos el paso nuevamente encendido y en seguida llega otro momento álgido de la procesión.
La Virgen llega al Convento de Santa Ángela de la Cruz donde es girada hacía las
Hermanas con la marcha Reina de San Román. Nuevamente me acuerdo, esta vez, de los que ya no están en este mundo y se han marchado bajo el amparo de Ella. Muchos nombres y recuerdos en este momento, mientras las monjas la cantan una bella canción.
Prosigue la procesión y al final de la calle se encuentra el Convento del Espíritu Santo donde la Esperanza vuelve a pararse para que estas monjas puedan también contemplarla y admirarla. En este Convento muchas de las monjas que residen son africanas y de la India que han venido hasta Sevilla para poder dedicarse a la vida contemplativa ya que en su tierra es imposible hacerlo. Ya sabréis de quienes me acordé, por lo tanto, en este momento del transitar de la Esperanza. De los marginados y, por ende, de los que tienen que dejar su casa para poder vivir. Mucho sabe Ella de marginados, por la zona en donde se encuentra su casa de San Martín.
Antes de llegar a San Juan de la Palma me acerco al cuerpo de acólitos para ver si me pueden dar agua y comentar algunos aspectos de la procesión. Que decir de ellos, los miro y me veo yo con 10 años menos. Son, nunca mejor dicho, el futuro de la Hermandad. Seguid con vuestro interés y ayuda a la Hermandad y aprendiendo, que dentro de poco tendréis que haceros cargo ustedes.
Cuando me doy cuenta, suena la marcha Amargura y eso quiere decir que ya esta la Divina Enfermera en la Iglesia de San Juan de la Palma. Los hermanos de la Amargura entregan un ramo de flores que es colocado a los pies de la Stma. Virgen.
Ya, camino de San Martín, observo que vamos con un poco de retraso. La Virgen enfila la calle Amparo para continuar por la estrecha calle Viejos y salir a Alberto Lista.
En la Cruz de Guía, desde la Encarnación, se había puesto a tocar la Banda de Cornetas y Tambores Stmo. Cristo de las Tres Caídas, relevando así a la de San Juan Evangelista. Me acerco para escucharla un momento ya en San Martín e interpretan la marcha Sangre y Agua dedicada a la Hermandad y por último La Lanzada, entrando la banda dentro de la Iglesia tocando. Estaba tan ensimismado escuchando a esta gran banda que cuando me doy cuenta se me había quedado enredado la “caña” de encender el paso en un naranjo de la Plaza de San Martín.
En la calle Alberto Lista ya girando para Saavedras le vuelven a tirar pétalos desde un
balcón próximo, pero de una chicotá los costaleros se hacen la cuesta de Saavedras y se plantan en la misma Plaza con el paso. Decir que el capataz era Ismael Vargas con sus auxiliares, del que podemos destacar a Javier Díaz Espinosa que llevó bastante rato el paso y lo hizo muy bien en su debut con la Hermandad, ya que el Miércoles Santo la Señora de San Martín no quiso que así fuera.
La Virgen entra en la Iglesia con la marcha Sevilla Cofradiera y la banda de Pilas entra también tocando hasta que la Esperanza es colocada en el Altar Mayor de la Iglesia. Por último se le reza la Salve y tras dar la Bendición Solemne se termina la procesión a las 00,01 h. del domingo 2 de octubre. Pareció como si la Esperanza Divina Enfermera hubiera querido retrasar la entrada hasta las doce de la noche para que le cogiera el domingo primero de octubre que es cuando se ha realizado la procesión estos últimos años.
Espero no haberos aburrido con esta crónica particular de mis vivencias.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.
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