X años de Arte Sacro. La esencia de nuestras hermandades. Juan José Morillas Rodríguez-Caso
Más allá de la preceptiva felicitación a todo el equipo que ha logrado reunir Paco Santiago en Artesacro, por sus primeros 10 años de vida en las redes sociales, tendríamos que congratularnos todos cuantos consultamos a diario su página, por encontrarnos un medio serio, veraz, que tiene como única meta la información oportuna y apropiada, un lugar en el que informarse de lo acontecido con mayor relevancia en el ámbito cofradiero y consultar una agenda de actos polifacéticos, que ya no suelen recoger los periódicos locales, salvo efemérides muy destacadas.
Abrimos esta ventana ávidos por conocer breves crónicas y amplios reportajes fotográficos de lo acaecido en las últimas jornadas y nos encontramos con un número incomprensible de entradas que dan fe del interés que despierta en los cofrades el trabajo denodado, persistente, de cobertura admirable y, sobre todo, de exquisitez en el tratamiento de las noticias, de respeto por las personas y de una presentación agradable, amena y completa. Y todo ello sin dar pie- a diferencia de otros medios-, a que se viertan opiniones, generalmente agrias, destructivas y sin fundamento contrastable, bajo el cobarde antifaz del seudónimo, del anonimato, siempre en aras de una libertad de expresión muy mal entendida, que está contribuyendo de manera notable a enrarecer el entorno de nuestras hermandades. En diversas ocasiones he tenido la oportunidad –y el honor- de expresarme en este sentido, incluso ante algún director de esa prensa, porque para mí, para los cofrades que tratamos de vivir nuestra fe con la orientación que hemos aprendido en la hermandad, prevalece la categoría humana de nuestros hermanos como personas, cristianos que compartimos sentimientos, vivencias y creencia. Precisamente el Papa Francisco, entre los muchos mensajes que nos está dejando para autentificar nuestro compromiso cristiano, nos acaba de decir, en tono casi coloquial, que nos dejemos de chismorreos y de cotilleos que tanto daño pueden provocar por la maledicencia y las aviesas intenciones de quienes incluso tal vez presuman de católicos, apostólicos y…sevillanos.
En la sociedad actual, en la que es preciso contar en las Juntas de Gobierno con un portavoz debidamente capacitado para su función, como ya incluso planteó tímidamente el Cardenal Carlos Amigo, Artesacro, consultado por miles de hispalenses y cofrades de casi todas las Comunidades españolas, está haciendo una labor impagable, merecedora de los mayores elogios y parabienes, que ahora se comienzan a reconocer con distinciones varias. Es solo un fruto de la década que un grupo de hombres amables, alegres – se puede informar con una faz sonriente y amigable-, respetuosos con todos y sutiles en sus desplazamientos cámaras en ristre, viene informándonos y entreteniéndonos, cubriendo el amplio espectro cultural, litúrgico, generador de noticias que hoy producen las hermandades y siempre, desde la óptica, ya apuntada, de un contenido fiable y en absoluto polémico.
Con la más que justificada enhorabuena a Artesacro, al grupo humano que lo hace realidad cada día, tenemos que desearle perdurabilidad y constancia, ánimo y apoyo, para que sigamos gozando de su trabajo, para que continuemos estando debidamente informados por una página que nos garantiza una actualidad acorde con la esencia de nuestras hermandades: el respeto y la veracidad implícita en el ser cristiano.