Las Cofradías de Sevilla. Matilde Gullón Jalón

Orígen Histórico: Y estación fue la que hizo en el día que entró Jesús en Jerusalém y los niños hebreos cantaron los cánticos, bendiciendo al Señor y al que vino en nombre de El, donde tuvieron principio y semejanza las procesiones instituidas en la Santa Iglesia Romana para invocar a Dios y la ayuda de los Santos.

Bibliografía: Abad Alonso Sánchez Gordillo:”Religiosas estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana” 1882. Si la Semana Santa es para todos los cristianos la conmemoración y reactualización de la Pasión y Muerte  de Jesucristo, en Sevilla supone además, el evocarla sensorialmente: Es una puesta en escena qué, uniendo el concepto del espectáculo barroco con una experiencia derivada de la devoción al “Vía Crucis”, que excita los sentidos, para que el participante reavive en sí ese momento.

Se celebraba en Primavera, no por su adaptación cristiana a las fiestas paganas, que festejaban la llegada de la primavera, uniendo la Resurrección Pascual con la resurrección primaveral, sino porque los hechos históricos, en que se basaba, se desarrollaron durante la Pascua Judía del “Nisan”, o fiesta de los “Azimos”  (“ y llegó el día primero de los ázimos, en que debía sacrificarse la Pascua: “ Y envió a Pedro y a Juan diciendo: Id a prepararnos  la Pascua para que la comamos” (Lucas 22-7-13). La Cena Pascual inicial abría un ciclo de ayuno y penitencia. Según Lucas, Marcos y Mateo, la Pasión arranca en la noche del 14 al 15 de “Nisan” y la muerte del Señor se produce en la tarde del mismo día 15. La investigación posterior data la Pasión entre el 6 y 26 de Abril de los años 30 ó 31 de nuestra Era.

La Iglesia primitiva conmemoraba estos hechos  en la Cena de Pascua, y así es conocimiento pasó del Judaísmo al Cristianismo. Mientras los Judíos celebraban su Pascua del 14 al 15 de “Nisan”, los primeros Cristianos guardaban ayuno ese día y hacia las 3 de la Madrugada, lo interrumpían para celebrar la Cena del Señor. Estos hechos son el antecedente mas remoto de la “Madrugá” sevillana.

En el Siglo III la memoria de la Pasión y la muerte de Cristo ya era conmemorada en Sevilla. Tras el Edicto de Milán (313) se produjo una expansión de estos hechos y Sevilla se llenó de Basílicas. Con la invasión árabe de España hubo una desaparición, durante cinco siglos de la Sevilla cristiana (excepto la actuación de los mozárabes). Con la llegada de San Fernando a Sevilla (1248), se inició la reconstrucción de la Sevilla cristiana y al llegar el siglo XIV, la ciudad estaba totalmente cristianizada.

En el Concilio de Trento (1545-1563) y después en la contrarreforma se aumenta el gusto por los cortejos y procesiones, que empezaron a ir al Humilladero de la Cruz del Campo. Con posterioridad en 1604 el Cardenal Fernando Niño de Guevara convocó un sínodo para reglamentar todas las procesiones, organizándose por orden de antigüedad.

En el año 1621 ya salían 36 cofradías que se redujeron posteriormente. En el siglo XVII se afianza la imagen frente a lo verbal, y se tallan las primeras andas procesionales y se generaliza el uso de palios para las Vírgenes. Gracias al comercio con las Indias, desde Sevilla, motivó un aumento del auge comercial que trajo a esta ciudad a los grandes imagineros, llegando con ello, la edad de oro de la escuela imaginera. Maestros españoles , franceses, flamencos, alemanes así como italianos, trabajaron en Sevilla, a todos los niveles, dejando las imágenes que hay en la actualidad, como un legado artístico inigualable y que todavía procesionan en las fiesta religiosas, así como los retablos de las Iglesias que también realizaron y que demuestran la expresión artística de aquella época.

Firmado: Matilde Gullón Jalón. Licenciada en Filosofía y Letras – Historia de América.

Foto: Juan Alberto García Acevedo.