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Charo Padilla emocionó con su Pregón de la Semana Santa


Daniel García Acevedo. El pregón de la Semana Santa de Sevilla pasará a la historia de nuestra ciudad por varias cosas, pero la más novedosa fue que tras 80 ediciones, una mujer fuera la que nos narrara lo que está por llegar dentro de una semana.

Como todos ustedes saben la pregonera fue la periodista de Canal Sur radio, Charo Padilla que nos llevó durante una hora y veintitrés minutos por su particular visión de la Semana Santa, contándonos anécdotas y sucesos durante los casi 30 años que lleva en el programa cofrade “El Llamador” y haciendo emocionarse al público en diversas fases de su oratoria.

Charo comenzó pidiendo la venia a los sevillanos, en un texto que terminaba de esta forma:

“Dame la venia, sevillano, que mi garganta reclama anunciar que está saliendo La Esperanza CON EL NOMBRE DE MARÍA.

¡Te lo pide mi CORAZÓN DE MUJER, te lo narra mi emoción y te lo cuenta esta pregonera, que, en el amor a Sevilla,  aprendió a amar las cofradías!”

El pregón prosiguió con emociones cuando la Padilla contó como su madre iba todos los años a ver a la Macarena en silla de ruedas, ya que tenía una de las enfermedades denominadas como “raras”, que terminó de esta emocionante forma.

“Y yo hoy aquí, ante ustedes, los que están en este teatro y los que me oyen y ven gracias al trabajo de mis compañeros, solo puedo pedirle a Dios ser la rama bendita de tan dichoso tronco, ser para mis hijos lo que aquella mujer supuso para mí. Y esperar el milagro de la Resurrección.

Si Lázaro se levantó al ser invocado por Dios, todos nos levantaremos un día de este Valle de Lágrimas, como se levantaba mi madre para ir a verla a su basílica, luchando contra las dificultades, desafiando y venciendo sus limitaciones.

Sólo quería dejar para siempre sus ojos clavados en los de Ella, como en Ella se clavan hoy los míos en su recuerdo.

Y como espero que mañana queden  clavados los de mis hijos en mí nombre.

En la cara de la Macarena están las miradas de mi madre. Por eso hoy sigue viviendo en Ella.”

Tuvo un recuerdo muy especial hacía el Polígono Sur y su Banda del Proyecto Fraternitas, donde ella vivió momentos muy emotivos gracias a la gente de ese barrio tan humilde.

“Cuando esta Semana Santa los vean delante de una cruz de guía, no olviden lo que acabo de contarles y, por favor, sonríanles. Y aplaudan. Todo lo que puedan. Son chavales a la búsqueda de un mundo mejor. ELLOS son mejores gracias a las cofradías, ELLOS hacen más grande la Semana Santa. ELLOS han aprovechado los talentos que Dios les ha dado en un mundo de especiales adversidades. ELLOS son de los nuestros. Son fuente de nuestro orgullo, ELLOS son Iglesia viva de Sevilla, son costaleros del paso más pesado, el del día a día lastrado por una suerte esquiva. ELLOS forman la Agrupación musical Santa María de la Esperanza... ¡A Dios por la música! ¡Al corazón de Sevilla por los barrios! ¡No les deis la espalda! ¡Son jóvenes, nuestros jóvenes, y vienen del Polígono Sur!.”

Posteriormente tuvo un recuerdo para Carmen Medina Rodríguez, hermana de la Esperanza de Triana que con 70 años pudo ver su sueño de vestir la túnica de nazareno en su hermandad y de la que, entre otras cosas, dijo lo siguiente:

“A tus 70 años te atreviste a salir de nazarena con valentía y arrojo, abriste camino al andar con tu antifaz de terciopelo verde y, ahora Carmen, quién nos lo iba a decir, tienes que levantarte y seguir. ¡Levántate, Carmen, levántate! ¡Eres fuerte en la Fe, lo dijo en Sevilla un Papa, y la Virgen de tu niño, la Esperanza de Triana, está llegando a tu casa!”.

Otra parte significativa del pregón fue su recuerdo hacía Angustia, aquella señora que estaba todos los años en la puerta de la parroquia de los Dolores para ver salir a su cofradía del Cerro y a la que Charo entrevistaba y se ponían hablar de sus niños y, sobre todo, de las comidas y guisos. De ella, nos dijo lo siguiente:

“Y Dios, en su infinita misericordia, hace crecer mi fe cada Martes Santo en el Cerro del Águila, me hace sentir una vecina del Cerro, el mayor título al que puede aspirar esta pregonera. Porque hoy os digo que en el cielo sólo tienen sitio reservado los santos, los ángeles, las almas de los inocentes... y las buenas vecinas del Cerro del Águila.” 

Al hablar de la hermandad de la Hiniesta se refirió como la hermandad familiar, de su marido, el compositor Manuel Marvizón y de toda su familia, incluidos sus hijos. Como madre, realizó una proclama bastante sentida que terminó con esta afirmación: “Las madres tenemos el inmenso privilegio de llevar en nuestro vientre a los nazarenos de Sevilla.”

El Gran Poder no podía faltar en el pregón y Charo Padilla resaltó el único sonido que oímos en su presencia cuando sale a las calles de Sevilla y que no es otro que el de las pisadas de sus costaleros (de hecho hubo un efecto de esas pisadas), el rachear de las alpargatas. Terminó esta parte con estas bellas palabras:

“No tengo que ver tu cara

No tengo que mirar tus ojos

Te oigo venir, sé quién eres

Me basta oírte llegar

para saber que eres Tú quien viene.

No quiero ver para creer

¿Un Dios que deja el altar

y se pone a caminar?

¡Ese solo puede ser

mi Señor del Gran Poder!”

Recordó al capataz Luis León en la parte dedicada a la Macarena y lo que este les decía a sus costaleros, un año en el que la pregonera retransmitió todo el recorrido de regreso hacia la Basílica. El teatro se emocionó sobremanera con las palabras con las que la Padilla nos contó esas emociones, con marchas macarenas de fondo, que concluyó de esta forma:

“¿Retransmitir la entrada de la Virgen es trabajo? ¡Bendito trabajo que me lleva a la gloria una mañana de Viernes Santo, rodeada de macarenos! Solo encuentro explicación a cuanto siento en aquellos versos de Lope de Vega que hoy me inspiran, que hago míos y que recito en clave macarena.

Desmayarse, atreverse, estar gozosa. Creer que el cielo en un atrio cabe. No hallar fuera de la Basílica reposo.

Dar la vida y el alma a la Esperanza. ¡Esta es la gloria y quien la vivió lo sabe!”

El pregón concluyó con lo que está por llegar de muchas personas que han calado en su vida en el terreno cofrade, terminando con el recuerdo a las mujeres que han informado sobre las hermandades y de ella misma, de esta forma: “Soy la mujer que un día, en un sueño pregonó: “Sevilla es una cara morena a la que mi madre rezó”.”

El Delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, comenzó su alocución de presentación de la pregonera con un sentido recuerdo hacía Rafa Serna, con estas palabras:

“Y ahora, ¿quién pregonará a Sevilla, con ese estilo tan macareno, pidiendo Misericordia al Señor para este bendito pueblo?

¿Quién le cantará a Sevilla desde lo más hondo de su ser, si estamos huérfanos de esa música que sólo tú sabías hacer?

¿Quién le hablará como tú al Señor de la Sentencia con esa confianza y desparpajo, mientras su madre, la Esperanza, os mira y se enternece?

¿Y quién le dirá a Sevilla sus verdades más absolutas desde la Costanilla o la Alcazaba y le confesará al oído que es la ciudad más bonita del mundo?

¿Recuerdas esto Sevilla?: “Venga de frente…Vamos a andar con tronío, que está la calle llorando y tengo dentro un hipío. Vamos de frente despacio porque las aguas del río son hoy, un caudal de llanto que me da escalofríos”.

No. No pasa nada. Porque vamos de frente de aquí a la eternidad, racheando los pies, muy juntitos, por esa ‘rampla’ empinada que te lleva al balcón del Cielo azul donde rezas a tus sevillanas maneras. Que, aunque te lloren en Sevilla y tenga enmudecida su garganta, es una ciudad tan grande que te recuerda en cuerpo y alma. Que Sevilla no olvida a sus hijos más ilustres, ama como nadie sabe hacerlo, con esperanza, sentimiento, compás y mucha medida.

Bueno !! Pararse ahí! Que Sevilla llora tu silencio y el silencio de Sevilla es mi lamento.

Esta chicotá va por ti, Rafa Serna…”.

Antes de presentar propiamente a la pregonera, utilizó su plática para despedirse momentáneamente del atril del Maestranza, ya que el próximo mes de mayo habrá elecciones municipales, y hacer un repaso de sus cuatro años como Delegado de Fiestas Mayores, agradeciendo y enalteciendo a las hermandades su servicio a la ciudad.

La Banda sinfónica municipal de Sevilla, dirigida por Fco. Javier Gutierrez Juan, interpretó las marchas “Madre Hiniesta”, versionada por su autor Manolo Marvizón, y “Amarguras”, más los himnos de Andalucía y de España, al final del acto.

Galería del acto 

Fotos: Miguel Ángel Osuna Abril.










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