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Hoy en el Altozano. Carmelo Martín Cartaya.


 Hoy 2 de junio, es un día que quedará permanentemente registrado en los libros de Archivo de la Archicofradía Sacramental de la O. Y también quedará reflejado en negro sobre blanco en las hemerotecas hispalenses, porque con el acto que tendrá lugar esta tarde en el corazón de Triana, la plaza del Altozano, se reconocerá la causa justificativa sobre esta Coronación Canónica en la advocación de la imagen de la Santísima Virgen de la O, la muy centenaria, ya va para los noventa lustros, devoción eminentemente trianera en esta Sevilla mariana.

Será en el corazón de Triana, la plaza del Altozano. Pues ahí mismo en ese mismo lugar, no hace más de tres centurias, cuando en las mañanas de los domingos tenía lugar el mercado de abastos, los cofrades y cofradas de La O, fueren de la condición que fueren, hacían de limosneros pidiendo para el aceite y la cera del culto al Santísimo Sacramento. Su carácter sacramental que muy merecidamente lo viene ostentando esta Archicofradía desde 1615, en la que fuera  su antigua capilla, la de Santa Brígida, también en la casa frontera al templo en la calle Castilla, durante las obras de construcción del actual templo, y en su misión de ayuda de parroquia hasta el primer decenio del siglo pasado, hoy convertida en parroquia, con el culto y administración del Sacramento de los sacramentos. Todo ello a costa del trabajo y denuedo de esos hombres y mujeres de esta zona norte del barrio de Triana, siempre en honor y gloria de la que fuera el primer tabernáculo de Emmanuel, el que ya está con nosotros, Santa María Nuestra Señora de la O.

Días pasados la imagen de la Santísima Virgen de la O halló cobijo durante tres días en la casa de su madre, la de la Real Parroquia de Señora Santa Ana. Tras impresionante candelería que, aunque lo hubiesen querido sus priostes,  no podría competir aquella con el fulgor que emanaba de la bellísima imagen de la Virgen de la O, recibió culto con un Triduo extraordinario previo a su Coronación. En sus traslados,  los hombres y mujeres de La O, y como no también de Triana, sintieron sobre sus hombros el bálsamo de su peso. El de ida en rosario penitencial, como nos ha hecho recordar aquella jornada del 29 de mayo de 1943, donde otros recordados cofrades en la memoria de muchos de los que la portaron el pasado domingo, también lo hicieran y que hoy, seguro, pero que muy seguro, estarán en el mejor balcón del cielo y en lugar preferente en la plaza del Altozano para admirar y venerar a la que sigue siendo la Mujer de sus anhelos, henchidos de gozo y orgullo por ver que la que será coronada canónicamente esta tarde, es un calco de la que están disfrutando perennemente en el Cielo. Y en el traslado de vuelta, cadenciosamente llevada por sus hijas de La O con canto final de su Salve, ya en su Templo.

Esta devoción eminentemente trianera, la de La O, nos es más que la de esa Mujer que está henchida de gozo, porque su vientre hace de fortaleza y guarda del que está a punto de llegar para instaurar el Reino entre todos nosotros. Ya se vieron seducidos los trianeros, pero aún más los del “otro lado del río”, los del lado de Sevilla, como si la hermandad de La O quisiere repetir la proeza de la madrugada del 9 de abril de 1830, durante la exposición “Virgen de la O, Corona para un devoción” el pasado mes de mayo en el Círculo Mercantil. Allí se mostraron muchos destellos de la fecunda, permanente y dilatada vida de esta devoción de La O, promovida por generaciones y generaciones de trianeros y sevillanos, tanto inscritos en su nómina como por puro gesto devocional. Y entre toda esa riqueza documental, gráfica y artística estuvo la corona, la corona que hoy el Cardenal Amigo,  nuestro pastor, defensor de las esencias de estas instituciones penitenciales, letíficas y sacramentales, impondrá sobre las sienes benditas de la Madre de Jesús Nazareno, María Santísima de la O.

¡Cuanto nos tendremos que sentir orgullos los cofrades y las cofradas de La O y, por tanto, los sevillanos marianos,  cuando esta tarde noche la Santísima Virgen de la O, sobre su retablo andante, su bellísimo paso de palio de estilo renacentista, tras el pontifical de la Coronación, discurra por las calles de su barrio! Estrenará una ropa que no estará a la vista, pero los que hemos tenido la dicha de conocer, debiera ser para mostrarla, por la finura de sus bordados, encajes y lazadas; la blonda que orlará su rostro y pecho, joya del siglo XVIII; ese rosario de filigrana de oro fino, que no es más que el Gloria final  que los hermanos, hermanas y devotos de La O han venido desgranando durante todo el mes de mayo, rosario tras rosario, ante su graciosa presencia; la saya que para este día será recamada en oro fino sobre tisú blanco de plata; la rosa que portará, fruto del desmedido amor de sus jóvenes de La O; el manto que, con su cenefa de corazones,  en esta jornada la arropará gozosamente por el amor de sus hijos; y la corona que, aunque como decía su pregonero, con su peso la abrumará en su humildad, hoy sí que es necesaria para así proclamar a los cuatro vientos que la Santísima Virgen, hoy en la advocación y devoción de la O, es la verdadera reina en Triana, Sevilla y de los Cielos y la Tierra.

Hoy en el Altozano. Hoy con Ella en este lugar emblemático de este arrabal sevillano y cofrade de Triana. Hoy, este barrio, adelantado en su cofradía de La O en conquistar Sevilla cruzando el río por el legendario puente de barcas. Hoy, esta parte del río, del río Grande, del Guadalquivir, junto con la otra parte, la Sevilla que también hoy y por siempre es Triana, estaremos todos hechos una misma piña en rendir pleitesía, amor desmedido y eterna veneración, como marianos que somos, a la que es llanto del Viernes Santo, y llevarla en triunfal recorrido por las calles de su barrio sobre la cerviz  de sus cofrades de La O, mandados por herederos de una centenaria dinastía de capataces. No faltará la música para regalarle a Ella los sones de sus marchas. Su paso de palio se levantará en el Altozano con “Virgen de la O Coronada”, su marcha de la Coronación. Y seguirán otras como “Aquella Virgen”, “Virgen de la O”, “María Santísima de la O”, Santa María de la O”, “A la voz de mi capataz”, “Callejuela de La O” y “O de Triana”. Y otras muchas más por su carácter sacramental y expectante. La jornada será larga, desde media tarde hasta avanzada la madrugada, pero verdaderamente gozosa.

¡Sevillanos y trianeros: la Hermandad de La O os convoca e  invita a que hoy estéis junto a nuestra Madre, como no, también vuestra Madre, la Santísima Virgen de la O, y le pidamos, como intercesora que es ante su Hijo Jesús Nazareno y el Padre, los mejores frutos para esta Sevilla y esta Triana  que tanto amamos. Hoy, todo por la que veneramos. Hoy,  Ella que es “Vida y Esperanza” para tantas futuras madres con embarazos nebulosos. Hoy, Ella, por siempre jamás, como proclamamos los cofrades de La O al término de nuestros cultos: “Santa María, Nuestra Señora de la O, ruega por nosotros”. 

                                                                                          Carmelo Martín Cartaya










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