La aventura de informar. Rafael Jiménez Sampedro.

Cuando uno contempla desde afuera la información sobre nuestras Hermandades piensa que a ésta se accede más fácilmente de lo que en realidad sucede. Llevamos siete años en el siglo XXI y en este capítulo las Hermandades aún no se han sabido adaptar plenamente a los tiempos que vivimos. La información que se ofrece es con cuentagotas, escasa, a veces inexistente, y en muchas ocasiones se ponen más trabas de las debidas a los que simplemente tratan de informar a sus lectores u oyentes, ya sea de forma profesional o desinteresadamente.

Si comparamos las parcelas de información en que desarrollan la labor los responsables de cada área veremos que en las Hermandades es donde existe la mayor dificultad. A los que se ocupan de la información local y municipal se les facilitan notas, se les convocan a ruedas de prensa, hay profesionales dedicados a facilitar la labor ante una hipotética entrevista, etc. Lo mismo sucede en la información deportiva, donde las fuentes están claras en los clubes deportivos, federaciones, e igualmente se trabaja con jefes de prensa que allanan el camino conscientes de que la colaboración con los medios redunda en beneficio de sus instituciones.

En el caso de las Hermandades nos encontramos en primer lugar con un mayor número de fuentes, en nuestro caso ciento veinte corporaciones en Sevilla capital de las que puede emanar alguna noticia. En segundo lugar, el cauce de comunicación muchas veces ni existe, no hay páginas web, o estas ni se actualizan, no se envían correos anunciando eventos, no se contestan a los que se envían solicitando los mismos, los medios impresos tienen poca periodicidad -a trimestral llegan los que más frecuencia alcanzan- y no se envían en muchos casos a los medios. En tercer lugar este tipo de cuestiones, así como otras muchas, están sometidas a los vaivenes de las renovaciones de las Juntas de Gobierno y lo que un día es un cauce fluido de comunicación con los medios al elegirse una nueva Junta se torna en todo lo contrario por las personas que ocupan el mismo.

Todo ello nos dibuja un panorama en el que la dificultad es grande a la hora de obtener información, máxime, cuando como nuestro caso, se hace empleando en ello poco tiempo y de manera altruista y luchando contra la incomprensión muchas veces de quienes no entienden esto y ponen trabas continuamente. Por poner un ejemplo reciente, una Hermandad -digamos mejor su Junta- nos puso problemas incluso ¡para sacar a su titular en portada! y aún esperamos la llamada para permitirnos sacar una fotografía de una de sus imágenes para un reportaje; otra Junta se mostró contrariada cuando elaboramos otro reportaje sobre un importante estreno que iba a llevar a cabo -por la sencilla razón de que hacían meses que no visitaban el taller para ver el estado de los trabajos-; y aún estamos a la espera de recibir datos sobre una procesión extraordinaria que ya se celebró hace más de un año y de la que jamás, pese a la promesa de que iban a hacerlo, se nos informó. A pesar de ello, seguiremos con esta aventura que consiste en informar sobre Cofradías. 

rafaeljimenezsampedro@yahoo.es

Nota: Publicado en el Boletín de las Cofradías de Sevilla nº 582, de agosto de 2007