Las elecciones al Consejo analizadas por el Fiscal de Diario de Sevilla.

La apertura del curso evidencia las calenturas de verano a la vera de las olas del mar y multiplica los aspirantes al sillón principal de San Gregorio, desde el cual se preside un organismo con un presupuesto anual de más de tres millones de euros y con amplia notoriedad en la vida social de la ciudad. Aunque la institución se haya visto envuelta en problemas jurídicos y económicos en los últimos tiempos, algunos siguen viéndola como un delicioso caramelo alcanzable tras una velada entre cuatro o cinco amigos que deliran con sólo imaginarse de chaqué. Una golosina que quieren saborear cuatro aspirantes, distintos sobre el papel en la fuerza de sus posibilidades y en la firmeza de su decisión a la hora de dar el paso al frente.

El secretario Joaquín de la Peña es el único candidato que contaría con el apoyo oficialista de Manuel Román, presidente hasta junio de 2008. A su favor cuenta con un conocimiento exhaustivo del funcionamiento interno de la institución (es el auténtico factótum del Consejo), un respeto indiscutible en el Arzobispado y el control como pocos del quién es quién en la sección de las hermandades de glorias (que suman casi 50 votos). En su contra, el desgaste que le provocaría el retraso a la hora de hacer pública su candidatura  –lleva desde junio demorando el anuncio– y los 16 años que lleva desempeñando cargos en el Consejo, no siempre en etapas sin óxido como las que ha vivido en los últimos ocho años.

El abogado Adolfo Arenas, con balconada hacia la Campana, es el único que ya ha proclamado su intención de presentarse. Tiene tiempo, ganas y facultades. Estos días goza del don de la ubicuidad en actos cofradieros, foros en los que vaya el candidato que vaya siempre recibe abrazos y promesas de votos. Cuenta con el estímulo personal de Juan Salas y de dos cofrades de trinchera, Tomás Vega y Andrés Martín. En su contra podría jugar un discurso todavía inconcreto como consecuencia de una oratoria culta. Y su veteranía podría proyectar una imagen quizás desfasada.

El ex hermano mayor del Calvario Juan Carlos Heras sueña también con ser presidente del Consejo. Forma parte de la actual junta, pero no cuenta con el apoyo del presidente. No se le conocen ni detractores, ni cofrades apasionados por su candidatura. Podría ser una pieza encajable en otro equipo. A su favor juega su imagen de mesura, el prestigio que para muchos genera el haber sido pregonero de la Semana Santa y el especial mimo que ha tenido para con muchas hermandades en los últimos tiempos, acudiendo a actos organizados por cofradías que no son del día que representa. No le favorecería mucho ser encuadrado dentro del grupo de los místicos, ni que no se le vean las condiciones adecuadas como para hacer oír con fuerza la voz de las cofradías en los principales despachos del Arzobispado.

Otro que querría ser presidente es Rafael Medina, abogado asociado recientemente con Miguel Muruve,  ex hermano mayor del Gran Poder que pilotó (con el asesoramiento jurídico del letrado Rafael Duque del Castillo y del catedrático José León-Castro) el célebre recurso contra las Normas Diocesanas que llegó hasta Roma, una maniobra muy mal gestionada por Muruve ante los medios de comunicación, un instrumento clave en estos litigios como demostraría meses después el abogado Moeckel cuando interpuso el del Baratillo. Medina anunció públicamente como hermano mayor de la Estrella que se sumaría a aquel infortunado recurso del Gran Poder, pero debió dar un paso atrás porque nunca se supo que lo hiciera. A favor de este letrado juega su juventud. Representaría savia nueva. Cabe recordar que gozó de amplia notoriedad como hermano mayor gracias a la brillante coronación canónica de su Virgen de la Estrella, gestionada previa y efizcamente en el Arzobispado por el respetado José Sánchez Dubé. Pero su etapa en la cofradía no terminó bien, pues se vivieron unas elecciones con tres aspirantes y un cuatrienio posterior sospechosamente convulso. En su contra, la memoria de las hermandades de Gloria, que recuerdan  sus críticas en los plenos al reparto de dinero a estas corporaciones. Cofrades inteligentes como Pepín Álvarez apoyarían en firme a Medina. También lo harían algunos miembros del colectivo que a sí mismo se denomina como los rocifrades (rocieros y cofrades) donde el surtido es realmente variado. Tanto como el pescao frito.

Retorno a casa. Eduardo del Rey no desaparece ni mucho menos del escenario público cofradiero. Hace meses que el hermano mayor del Silencio, Antonio Rodríguez Cordero, teje su regreso a San Antonio Abad, donde el ex vicepresidente  del Consejo se crió como cofrade. Del Rey será el consiliario segundo de la nueva junta de gobierno que saldrá de los comicios de octubre, una suerte de número tres de los primitivos nazarenos. Rodríguez Cordero, que repetirá mandato y que cree firmemente en las posibilidades de futuro de este cofrade, lo ha introducido así directamente en la línea sucesoria, tan sólo por detrás de Alberto Ybarra Mencos. Con este escenario, en el Silencio ya hay príncipe e infante. Al menos de forma oficiosa.

Rescoldo. Por cierto, no deja de causar impacto que ningun consejero, he dicho bien, ninguno, se pronunciara en la sesión de principios de septiembre en la que el presidente, Manuel Román, leyó la carta de dimisión del vicepresidente. Todos se apuntaron al silencio en minúscula. Saquen ustedes mismos sus conclusiones.

Cartelista. El profesor Roda Peña se encargó de proponer una terna compuesta por dos pintores (Emilio Díaz-Cantelar era uno de ellos) y una pintora poco conocida por los señores del Consejo. Roda Peña conectó el power-point (que no sólo Julio Cuesta lo emplea para impresionar a los hermanos mayores) y dio a conocer el currículum de cada uno. La decisión se tomó práctica y felizmente por unanimidad. Tiempo tendremos para comentar detalles muy curiosos de un pintor del que se agradece su promesa de no dejarse presionar por los tópicos. ¡Por fin hay uno que habla con cordura!

Pasión. El tam-tam electoral ya suena. Mayo de 2008 es la fecha. Javier Criado medita un retorno que le habrían pedido determinados notables. El psiquiatra está muy animado.

Maledicencia. ¿De qué aspirante al Consejo dicen sus críticos que hasta antes de ser hermano mayor “se marchaba a una playa de Málaga en cuanto se recogía su cofradía”?

Los SMS del Fiscal. Recibido el 9 de septiembre a las 00.21: “Cambio de tendencia: 7 concejales del PSOE por 5 del PP en la función votiva de la Hiniesta. La delegada ha leído bien”. Coda: Qué menos que leyera bien, ¿no?

El pertiguero. Primer golpe. Por Heliópolis. Los hermanos de la Misión dieron ayer el sí al carácter penitencial de la corporación en un cabildo interminable. Y el intermitente está ya puesto oficialmente para coger carril hacia la Catedral en cuanto puedan. Segundo golpe. Ocurrido en San Martín. ¿Por qué ha dimitido esta semana un oficial de la junta de gobierno de la Lanzada? Tercer golpe. Otra pregunta. ¿La marcha de Ricardo Tarno como presidente del PP de Sevilla incluye también la renuncia a seguir ejerciendo de cicerone del presidente valenciano, Francisco Camps, en Semana Santa? Y ciriales arriba. Ojo a los ecos de rechazo a la incorporación del Polígono de San Pablo en la nómina del Lunes Santo. El Museo dará la cara. No quieren que se practique la política de hechos consumados.

EL LAGARTO DE LA CATEDRAL: << Mucho ha tenido que sentir Su Eminencia este verano la muerte de su paisano y amigo, el catedrático de la Hispalense, Paulino Castañeda, que tanto le ayudó en los fastos de 1992. Don Paulino era de las pocas personas que en Sevilla le trataban de tú en razón de los muchos años de amistad >> Palabra de reptil metropolitano, palabra de lagarto de la Catedral.