Una venia con sones de paz. José Luis Martínez. Diario de Sevilla.
La Hermandad de la Resurrección cerró los desfiles procesionales de la Semana Santa de 2006. La estación de penitencia comenzó en la iglesia de Santa Marina con una oración por la paz. Los pasos de la cofradía llevaban este año lazos blancos –como símbolo de la esperanza– tras decidir la junta de gobierno dedicar este gesto con motivo de los últimos acontecimientos relacionados con el posible inicio del fin del terrorismo en nuestro país, tras el comunicado "de alto el fuego permanente" de la banda terrorista ETA. La emoción llegó con el segundo paso de la cofradía que salió sólo a las ordenes de Antonio Manuel Santiago Cabello, hijo del actual capataz, Antonio Santiago.
Tras la gran polémica de la cuaresma, se esperaba con mucha atención el momento en el que la cofradía llegaba al palquillo del Consejo –en plena Campana– para solicitar la venia, para así poder realizar la estación de penitencia a la Catedral. El hermano mayor, Juan Muñoz Jigato se acercó y la solicitó ante la presencia del presidente del Consejo, Manuel Román, el delegado de día, José Roda y el delegado del Domingo de Ramos, José María Lobo. Muñoz Jigato explicó la presencia de los lazos blancos en ambos pasos y dejó un mensaje: "Esta hermandad desea y aboga por el entendimiento de todas las personas". Por su parte, Román dio la correspondiente venia, alabó la iniciativa al acordarse de las víctimas del terrorismo y destacó al Misterio de la Resurrección "como el más importante de todos".
Momentos llenos de tensión se vivieron poco antes de llegar el primer paso a la Campana. Un grupo de personas decidieron contemplarlo sentados. Para ello cogieron sillas que estaban amontonadas y de manera ordenada en la zona. Fue entonces cuando varios trabajadores de la organización de las sillas en la carrera oficial se encararon con todo aquel que había cogido una silla: "Lo que nos faltaba, todas ordenadas y ahora viene esta gente y las cogen. ¡Dejen las sillas en su sitio!", exclamó uno de los trabajadores. "Qué vergüenza, encima que estamos sufriendo los numerosos cristales que hay en el suelo por donde pasa la cofradía y las zonas húmedas en la calle Orfila donde me he resbalado y estoy casi que no me puedo mover, ahora esto. Lamentable", comentó una hermana. La trifulca fue de tal envergadura que tuvo que mediar el mismísimo Román, que llamó al orden a uno de los operarios. Minutos más tarde el asunto quedo zanjado y los presentes pudieron acceder sin problemas a las sillas mientras el cortejo desfilaba.
Con la llegada del Señor Resucitado –a los sones de la marcha Alma de Dios interpretada por la agrupación musical Virgen de los Reyes– el presidente del Consejo accedió a la invitación de tocar el matillo. También lo hizo con el palio, que entró a los sones de la composición de Pedro Morales, Virgen de la Paz interpretada por la banda de música María Santísima de la Victoria.
El palquillo del Ayuntamiento de la plaza de San Francisco estaba presidido por Alberto Moriña (PSOE), Evelia Rincón (PP) y Marta Mejías (PA). Al paso del Señor Resucitado el concejal del PSOE accedió a la petición de tocar el llamador. Allí también esperaban a la cofradía varios componentes de la Fundación Jiménez Becerril. El director-gerente, José Cobos Molina, entregó un ramo de rosas rojas al primer paso y un ramo de claveles blancos al palio, en el que también fue invitado a tocar el martillo: "Esta levantá va para todas las personas que han sufrido el terrorismo. Por la paz del mundo", comentó uno de los capataces. Con el transitar de ambos pasos por los palcos de la plaza de San Francisco, Cobos Molina reconoció lo bien que había sentado en el seno de la Fundación el gesto de la cofradía al acordarse de las víctimas del terrorismo: "Me ha parecido una iniciativa extraordinaria. Cuando me enteré llamé al hermano mayor y le dije que tanto con palabras como con gestos íbamos a apoyar la idea. Por eso estamos a estas horas aquí, es lo menos que podemos hacer".
Este año y como respaldo ante la gran polémica de la cuaresma, se pudo ver en el cortejo –mostrando así su total apoyo a la cofradía– una representación de nazarenos de la Hermandad de San Esteban. El Martes Santo también se pudo ver en el cortejo de la corporación de la Puerta de Carmona capirotes del Resucitado. La intención de la Hermandad del Señor de la Salud y Buen Viaje no era más que solidarizarse con los deseos y aspiraciones de los hermanos de la Resurrección de modificar su actual ubicación horaria, que le obliga a realizar la estación de penitencia en la madrugada y la mañana del domingo. Como es habitual, también acompañaron a la corporación lasaliana, la sevillana Hermandad de los Javieres y la de la Borriquita de la localidad gaditana de San Fernando.
Para la Semana Santa del año que viene no está claro que la corporación de Santa Marina cierre los desfiles procesionales en la jornada del Domingo de Resurrección. Parece que las probabilidades para contemplar en 2007 al Resucitado y a la Virgen de la Aurora por las calles en la jornada del Domingo de Resurrección son escasas, dada la fuerzas con la que la junta de la corporación lucha para su incorporación en la nómina de las hermandades del Sábado Santo.