Lo eterno. Antonio Sánchez Carrasco

Volver del hospital. Dejar atrás los sueros, camillas y tensiómetros. Dejar la cara de mi Padre deseando estar en su casa. Llegar hasta donde reside lo eterno. Allí donde el Dios de las Avenidas espera a los pies de su Madre la que también es Madre del Tiro. Se apagan las luces, hace calor, los días intensos y extensos los noto en mis riñones y piernas. Jesús empieza a moverse, circula por un pasillo de cirios rojos. Suenan palabras que acogen recuerdos y pensamientos. Suena el coro con letras que envuelven cantando suave. Dios toca el suelo y en cada parada lo ves cercano, frágil y poderoso a la vez. Avanza irremisible y accesible. Sube a su paso a ritmo de artilugio. Se encienden las luces  ya está Dios en su paso. Llora mi Lola y siento el pellizco donde duele lo eterno. Modifico mi postura, me duelen las piernas, Mercedes me mira. Se acaba la subida  la siguiente vez será rodeado de nazarenos. Volvemos a casa cansados de cuerpo y plenos de alma. Soy de Cautivo y Mercedes y con ellos al lado la vida duele menos.

#SoyGenovevo

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.