Provincia. Los hermanos de Santiago de Castilleja de la Cuesta celebraron el LXXV Aniversario de la Proclamación del Dogma de la Asunción
Manuel Pinto Montero. Las campanas de Santiago repicaban a gloria anunciando al pueblo de Castilleja de la Cuesta que su Virgen de la Soledad pasearía por las calles de su pueblo en conmemoración del LXXV Aniversario de la Proclamación del Dogma de la Asunción en la noche del 14 de agosto, vísperas de la Festividad de la Asunción de María.
A las nueve de la noche se iniciaba la gloriosa procesión con una plaza de Santiago llena de devotos y cofrades que no quisieron perderse el momento de la gloriosa salida de la Santísima Virgen de la Soledad en una noche agosteña. Resplandeciente aparecía a las puertas del Templo de Santiago donde se fijaron todas las miradas cuando el palio atravesaba el dintel y el pueblo de llenaba de gozo mientras el cielo estallaba en cohetes.
Con gran cariño prepararon los hermanos de la Plaza la gloriosa procesión de la Virgen de la Soledad que recorrió los rincones más populares de la localidad. Esta gloriosa procesión se ha enmarcado en el aniversario del Dogma asuncionista, un Dogma proclamado el 1 de noviembre de 1950 por el Papa Pio XII. Las calles de Castilleja se encontraban engalanadas para la ocasión con gallardetes y balconeras, así como con guirnaldas en toda la Plaza de Santiago.
Para esta ocasión la Virgen de la Soledad procesionó en su paso de palio, como si de un Viernes Santo se tratara, pero con la gloria del primer domingo de Pascua. El palio es de terciopelo rojo bordado por las Hermanas Trinitarias de Sevilla y por el taller de Agustina Gómez de Cortegana, con diseño de Juan Oliver de finales de la década de los cuarenta y principios de la década de los cincuenta del siglo XX. La Santísima Virgen lució en esta ocasión saya blanca bordada en oro y manto de terciopelo rojo del siglo XIX. Sobre sus sienes portó la corona denominada “la grandiosa” realizada en los años cuarenta por Fernando Marmolejo, bajo diseño de Juan Oliver.
Nuestra Señora de la Soledad Coronada es obra de autor anónimo realizada en el último tercio del siglo XVI. La Hermandad ha logrado mantener la belleza primitiva de la imagen sin incorporarle lágrimas, algo propio de los siglos XVIII y XIX. Si podemos destacar el cambio de sus ojos que originariamente eran pintados y en el siglo XIX se le colocan unos de cristal.
Durante la procesión destacó su paso por la calle Enmedio donde se rezó por sevillanas desde algunos balcones, como los de la Casa Hermandad. En su paseo glorioso visitó el Templo de la Concepción, donde la esperaba el Simpecado concepcionista. Los sones de la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas la acompañaron en esta gloriosa procesión por las calles castillejanas.
Cerca de las tres de la madrugada regresaba a su Templo después de recibir el fervor y el cariño de sus hermanos y devotos. Castilleja de la Cuesta celebró de este modo el aniversario asuncionista, junto con una de sus grandes devociones.
Fotos: Manuel Pinto Montero.