La Virgen de la Candelaria vela por el Cristo de Montañes en el Santo Ángel
Arte Sacro. Desde la ausencia del Crucificado de Montañés, que la feligresía ya echa de menos, la comunidad ha decidido que sea su Madre, en la advocación de Candelaria, la que nos recuerde a su Hijo Jesús, al que lleva en brazos.
La vela en su mano nos indica que es Jesús la Luz del mundo, el único que desde el Sagrario pone su morada en nuestros corazones.
Es estampa inusual ver a esta bella imagen de la Candelaria, datada en el siglo XVIII, en la Capilla Sacramental. Ataviada con elegancia, nos hará más llevadero el regreso del portentoso Crucificado de Montañés, que ya está siendo admirado por los organizadores de la muestra, sorprendidos ante su humanidad.
Fotos: Francisco Santiago