Anuncio. Carlos Colón. Diario de Sevilla.
SUENAN las campanas de un villancico, y parece que nos da el frío en la cara, arrebujamos al niño en la bufanda y cogemos su manita enguantada al salir de ver el Nacimiento de los Panaderos a una calle Orfila de bombillas ya encendidas, trasiego feliz de gentes, humo de puesto de castañas en la esquina neoflorentina del palacio de la Motilla. Suenan las campanas de un villancico, y sentimos la pureza del aire de las mañanas de diciembre en el Altozano, puro cristal transparente el aire, perfiles de la ciudad nítidamente recortados sobre un cielo de terso raso azul, murmullos y ruido de platos y vasos en el calorcillo de un bar con serrín en el suelo, lotería de hermandades en las repisas y estrellitas de Oriente pegadas en las ventanas. Suenan las campanas de un villancico, y vemos convocatorias de Pasión y del Gran Poder superponiéndose en las puertas de las iglesias a las de las Esperanzas, a los chavales de San Isidoro recogiendo víveres en la puerta del Super Sol de la Alfalfa y a los de Montserrat sentados ante la mesa petitoria –una bandeja para las limosnas que reciben, otra para los caramelos que dan– en la penumbra de la capilla en la que sólo relucen los breves días que nacen y mueren en su Nacimiento. Suenan las campanas de un villancico y un futuro próximo que promete seguras y ciertas felicidades chiquitas se despliega ante mí como una alfombra que cubriera toda la calle Feria.
Suenan las campanas de un villancico, y una voz lee el texto del anuncio que cada año me anuncia el primero que estamos entrando en un tiempo nuevo: "En Muver, división regalos de empresa, encontrará todo lo que necesita para obsequiar en Navidad...". Sigue una enumeración que parece sacada de un sueño de Carpanta en el extra de Navidad del DDT o el Pulgarcito –"cajas surtidas, cavas, riojas, jamones de Jabugo, regalos de porcelana y bronce..."– para concluir con el lema clásico de las empresas serias que consideraban que la antigüedad es garantía: "Más de 30 años a su servicio nos da la experiencia necesaria para ayudarle a elegir". Como el muñequito majareta con gorro de papel de periódico del "zafarrancho Vilima" nos anunciaba la llegada del verano o el "Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva... ¡Pero si esto es el diluvio! Pues cómprese un paraguas en Casa Rubio" nos anunciaba la del invierno, las campanas del villancico de este anuncio me dicen que no queda tanto para la Navidad, que hemos doblado el cabo de los Todos los Santos y estamos a punto de emprender el camino de un Adviento que, aunque según el calendario litúrgico no empieza hasta el próximo 27 de noviembre, en Sevilla nos nace el día de la Presentación de Nuestra Señora en la Magdalena y en San Juan de la Palma. Entonces habrá llegado la hora de dejarnos llevar por la corriente de vida de la calle Feria hasta desembocar en la ventura de un 18 de diciembre en la Resolana.