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Opinión. La ciudad y sus barrios. El Diputado de Cruces


¿Se han preguntado alguna vez por qué las hermandades de Triana se empeñaron en cruzar el puente de barcas, sufriendo en alguna ocasión y según cuentan las crónicas, situaciones de riesgo claro por culpa del viento y las mareas, cuando ellas iban tan ricamente a Santa Ana a hacer su estación de penitencia? ¿Por qué hermandades de extramuros, como San Bernardo y la Trinidad, entre otras, emprendían sus largos, entonces, caminos para llegar a la Catedral? ¿Por qué, más recientemente, La Paz, Santa Genoveva, San Gonzalo, El Cerro, La Sed,…, no han dudado en afrontar recorridos kilométricos y horarios muy amplios y sacrificados para hacer su estación en la iglesia principal de Sevilla? ¿Por qué tantos siglos de esfuerzos?

Vienen estas preguntas al hilo del repetido comentario sobre lo conveniente que sería que las actuales hermandades de vísperas se olvidaran de ir a la Catedral (las que pueden) y todas hicieran sus recorridos penitenciales por sus barrios entre el Domingo de Ramos y el Sábado Santo. Los defensores de esta idea aducen, incluso, razones de índole pastoral y nos cuentan lo bueno que sería para los vecinos de esos barrios poder disfrutar de su cofradía en días tan señalados. Bueno, pues yo discrepo.

Vayamos por partes. En primer lugar, si tan conveniente es esto, ¿por qué no se aplica lo mismo a las hermandades que ya van a la Catedral? ¿Se imaginan lo que disfrutarían y los beneficios pastorales que obtendrían los vecinos del distrito Macarena si la Señora fuera a visitarlos en la Madrugada del Viernes Santo? ¿O qué bello sería si la Esperanza o el Cachorro procesionaran por la Triana profunda en vez de cruzar el puente? ¿A que ya no es lo mismo?

Por otra parte, siguen estando sin responder las preguntas del principio. Y no es tan difícil. El día que la hermandad se convierte en cofradía y va a la Catedral es un día de fiesta para el barrio. Muchos vecinos visten la túnica y muchos otros se acicalan para acompañar a la procesión, primero por las calles del mismo barrio y luego por todo el centro. Es el único día que la hermandad sale del barrio y es el día en que éste se presenta a la ciudad, vistiendo sus mejores galas y llevando en volandas a su mejor tesoro, su cofradía.

La Semana Santa tiene un sentido integrador de los barrios en la ciudad que es difícilmente igualable. Éste, además del sentimiento cristiano, que los cofrades se supone que deberíamos tener, de desear a nuestros hermanos lo mismo que es bueno para nosotros, hacer estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral, tendría que se bastante para hacernos recapacitar. Pero no, seguimos sin ceder un solo minuto (una marcha menos en la Campana, una “revirá gateando”, en vez de una interminable) y seguimos insistiendo en que aquí ya no cabe nadie más (no voy a hablar de reparto de subvenciones porque me parece una objeción rastrera, pero…). Además, al fin y al cabo, dicen algunos, Camas no está mucho más lejos del centro que algunos barrios y las hermandades de Camas no vienen a la Catedral, ¿no? Pues no, pero es que los barrios son parte del municipio de Sevilla y ésa es una cualidad que debiera distinguirlos a los ojos de los cofrades capitalinos.

Pero también es cierto que no es lógico procesionar al centro desde algunos barrios alejados. Sería más una romería que una procesión de Semana Santa. Por ello, Sevilla, flexible hasta el punto de permitir que un Crucificado reparta Su Amor el Domingo de Ramos jubiloso y que un Jorobadito nos regale Su Dulzura en la tarde del Viernes Santo, con Cristo ya muerto (ojalá que también existiera esta misma flexibilidad con la Hermandad de la Resurrección), se ha inventado, como dijo el pregonero, una semana de nueve días, para que los barrios que no pueden acercarse al centro, en esos dos días extras puedan recibir a los demás sevillanos y compartir con ellos su cofradía y sus sentimientos. Si obligáramos a esas hermandades a salir en los días de la Semana Santa litúrgica, muchos, que habitualmente las ven, no acudirían a esta invitación por razones obvias y esos barrios quedarían solos. ¿Eso sí es conveniente? Es más, ¿es eso lo que queremos?

diputadocruces@yahoo.es

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