Así lo quisiste. Antonio Gila Bohorquez.

Te apareciste un día 25 en forma humana. Lo sé. Y no quiero negártelo ni negárselo al que me pregunte. Fuiste la partícipe directa de aquellas fantasías que todo ser humano tiene en su cabeza, deseando el amor incongruente en los amaneceres de su vida. No sonrías cada vez que te miro a los ojos, porque sé perfectamente que las gracias que he de darte son fruto de las metas que conseguimos los que somos devotos de tu rostro.

Pero, ¿por qué quisiste aparecer el 25 de aquel mes con forma humana? Si hacía meses que ya te observaba y admiraba, ¿por qué un día 25? ¿Es porque 25 son las lágrimas que derramaste ante tu Hijo? ¿Fueron 25 las personas que presenciaron el Nacimiento de tu Hijo? ¿25 estrellas las que te iluminan cada noche? ¿25 días los que empleaste para demostrar que eres Madre y Refugio de Pecadores?

¿O es porque aquel día 25 quisiste afrontar el mundo con airoso desvelo?

¿Por qué Virgen del Refugio?

La utilidad del ser humano, tengo aprendido, que es para fracasar en la vida y aprender de nuestros errores. Para llorar ante las penas y para reír ante las alegrías. Para cargarse de ilusiones, cumpliendo algunas y frustrándose ante otras. Pero para amar como Tú lo haces desde aquel día 25, para eso no hemos sido creados Señora.

Deambulas por la tierra, y ejerces una vida normal. Pasas desapercibida del resto y nadie, absolutamente nadie, percata el halo incandescente que cubre tu cuerpo. Amas como nadie, y enseñas a amar a aquellos que te rodean. Pero, sigo sin comprender, porqué de la madera has querido que tus huesos sean huesos y tus ojos brillantes por la película lacrimosa de tu belleza.

Tendrás algún motivo para que te presentaras aquel día 25, y dijeras a Sevilla lo que Tú realmente querías. No soportabas la cadena que te ataba a la rutina ardua de tu vida. No pensabas ni un sólo minuto en Ti misma, y quisiste, por todos los medios, aparentar juventud, alegría, y una serenidad que se refleja en la sonrisa que perfilas algunas veces. Una sonrisa que enamora y que me enamoró.

Hoy es el aniversario de tu aparición humana como mujer única e insustituible. Muchos son los que te conocen y saben perfectamente que ante el desliz de tus palabras, es inevitable perder la coherencia de nuestros pensamientos debido a que anonadados nos quedamos cuando en tus labios se dibuja el significado de la vida. De mi vida.

Y por ello hoy te nombro, no como Virgen del Refugio, sino como a la mujer que se apareció un día 25  a partir de la gubia de la juventud y que, poco a poco, muy pausadamente, consume el espacio de mi corazón. Eres por ello, mi vida.

Te quiero

Foto: José Iván Martín Pascual.