Cultura invierte 658.000 euros en la restauración de la Iglesia de Santa María la Blanca

Arte Sacro. El consejero de Cultura, Paulino Plata, ha visitado las obras de restauración y consolidación iniciadas recientemente en la Iglesia de Santa María La Blanca (Sevilla), ubicada en la antigua Judería del centro histórico de la ciudad, que constituye uno de los monumentos más destacados de la arquitectura andaluza del primer barroco. La intervención tiene un coste de 823.000 euros, que son financiados al 80% (658.414 euros) por la Consejería de Cultura, mientras que el Arzobispado de Sevilla se hace cargo del 20% restante.

Esta colaboración financiera es fruto del convenio específico que ambas instituciones firmaron en julio de 2009 para intervenir en las cubiertas del templo, según el proyecto encargado por la Consejería de Cultura al arquitecto Óscar Gil Delgado. La actuación, adjudicada por la Archidiócesis de Sevilla a la empresa constructora Joaquín Pérez S. L., consiste en la reparación de las cubiertas del edificio, la consolidación de su espadaña -que perderá el añadido trasero que distorsiona su perfil- y la mejora de la sujeción de las bóvedas interiores.

Estos trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución aproximado de diez meses, han comenzado por la espadaña del templo y proseguirán con el desmontaje de las cubiertas, cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.

Durante la visita a las obras, Paulino Plata ha destacado que la inversión de la Consejería de Cultura, a través de la Dirección General de Bienes Culturales, en el patrimonio religioso de la provincia de Sevilla en los últimos cinco años supera los nueve millones de euros. Entre las actuaciones más significativas ejecutadas en los últimos meses, el consejero ha señalado el retablo de la Iglesia de Santa Ana de Triana y la de la Iglesia de Los Descalzos o la Torre de San Juan en Écija.

El templo de Santa María la Blanca, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento, está considerado uno de los conjuntos más deslumbrantes de la arquitectura andaluza en los inicios del Barroco. En su interior presenta tres naves divididas en seis tramos mediante diez columnas toscanas de mármol rojo. Sobre ellas voltean arcos formeros de medio punto que sustentan bóvedas de cañón con falsos lunetos en la nave central y bóvedas de aristas en los laterales.

La superficie de las bóvedas, cúpula e intradós de los arcos están repletas de una profusa y volumétrica decoración de yeserías con motivos geométricos, vegetales y figurativos que, junto con las pinturas murales, siguen la secuencia de las yeserías, que dan movimiento a una planta octogonal y sin dinamismo.

Foto: Francisco Santiago