Hoy salida procesional de Ntra. Sra. de las Nieves.

Banda: Maestro Tejera.
Capataz: Francisco Reguera y Juan Antonio Guillén.
Flores: Blancas.
Estrenos: Vara en plata para la Cruz de Guía (Talleres Ramos), Relicario en Plata para la reliquia de Santa Teresa de Jesús que la Santísima Virgen porta en su Media Luna (Talleres Ramos), Llamador (donado por los Talleres Ramos), Rampa para el Convento de las Teresas.

Referencia histórica: Estamos ante un título mariano de gran belleza y honda estirpe devocional, en cuyo honor el Cabildo Catedralicio y el canónigo Justino de Neve patrocinaron espléndidamente entre 1662-65 la renovación de su templo cercano a la antigua Puerta de la Carne. Un templo que se cree conserva todavía la planta de la precedente sinagoga y para el cual trabajó en su ornato hasta el propio Murillo. Durante las solemnísimas fiestas de su dedicación, el ingenio literario del barroco acuñó una letrilla (alusiva a la Pureza Inmaculada de Nuestra Señora) que decía: “Del sol, aunque siempre Blanca, no me ofende del arrebol, porque me conoce el Sol”. Parece que la Hermandad ya funcionaba en 1732. Como otras de Gloria, adoptó la forma de Rosario. En 1940 el rector de Sta. María la Blanca , don Santos Bustos Sáez, aprovechando una salida extraordinaria con motivo del Congreso Mariano Diocesano, reorganizó la corporación. La procesión del año 1944 fue aplicada por la pronta terminación de la guerra mundial. Por los años cincuenta se celebraba una brillante velada en el barrio, coincidiendo con los cultos solemnes de agosto, que en 1972 pasaron a octubre, debido a la diáspora vacacional veraniega. Luego hubo dos períodos sin celebrarse la procesión. El año 2000 se reanudó felizmente después de trece años y levantó enorme interés. El año 2002 la titular volvió a ir a la Catedral (no lo hacía desde la reorganización en 1940) para presidir el pregón de las Glorias. Por problemas de goteras y humedades en su camarín, la efigie ha tenido que ser retirada recientemente de allí. 

Referencia artística: El 5 de agosto de 1864 el primitivo icono mariano fue sustituido por el actual, del famoso Juan de Astorga, obra no documentada pero de segura atribución por sus características (Debe notarse que el escultor había fallecido en 1849, aunque eso no impide una factura anterior de la imagen). El paso lo repujó el orfebre Fernando Cruz Suárez (1949). Sus grandes respiraderos incluyen en los paños delanteros dos óvalos reproduciendo en metal los cuadros murillescos con la historia de esta advocación. Los candelabros, igualmente metálicos, ofrecen la particularidad de que sirvieron para la coronación de la Virgen de la Hiniesta en 1974. Las jarras son de Manuel Domínguez. La corona se debe a los artistas José López Camacho y Guillermo Domínguez (1969). En consonancia con su advocación, la Virgen de las Nieves lleva siempre vestiduras blancas, generalmente de tisú. Ante la imagen se escalonan algunas tandas de candelería, que a veces incluyen dos altos ramos de cera rizada, siendo éste el único paso de Gloria donde tal adorno realmente encaja con cierta armonía y coherencia. Aparte de la corona citada, hay otra más antigua de Amat (segunda mitad XVIII), que hora se utiliza en el culto diario. Se conserva el primitivo libro de Reglas, fechado en 1732, y está en estudio la recuperación de un simpecado. El estandarte fue bordado por las Trinitarias. Los ciriales fueron adaptados de unos muy sencillos que se compraron a la Cofradía de las Aguas. En el apartado musical hay que recordar la marcha compuesta por Ruiz Amé en 1969 y una salve reciente. 

Datos curiosos.- La ráfaga resulta abatible en su parte superior (rasgo que comparte con el Juncal y Mercedes de la Puerta Real )  a fin de no obstaculizar la dificilísima salida. Durante ella siempre ha sido tradicional la lluvia de pétalos de flores (claveles blancos, jazmines...), cuyo simbolismo recuerda el origen de tan hermoso título mariano: Nuestra Señora de las Nieves o la Blanca , asimilable con la Basílica romana de Santa María Maggiore en el Esquilino, lugar que fue revelado mediante una nevada milagrosa. Parece ser que en el templo sevillano de los Jesuitas (calle Jesús del Gran Poder) también se celebraba un rito análogo, echando jazmines sobre el icono pictórico que allí se venera, copia exacta del que recibe culto en la Ciudad Eterna.

Momentos interesantes: Sin duda y sin discusión posibles, se trata de la procesión de Gloria que, en su conjunto, abarca un itinerario más sugestivo, al discurrir por el barrio de Santa Cruz y jardines de Murillo, con parada o estación en el convento de las Teresas.

Foto: Fernando A. Morillo.