A través del antifaz. El sentido de la Estación de Penitencia. Alberto de Faría Serrano

Cúbranse Hermanos; Les acompaño a la primera probatura de su flamante y portentoso antifaz de la hermandad de cada uno. Si le tienen especial cariño al que heredaron de sus padres o abuelos, valido es. Sí, colóquenselo con ese garbo sevillano que solo el paso de los años otorga. Ajústenselo con la tierna precisión milimétrica que evita tocar las costuras y pliegues de los doblajes y que con tanto cariño han adocenado las planchas de tantas generaciones de madres y esposas sevillanas. Aderecen con exquisita simetría la posición de los ojos. Pónganse derechos y respiren hondo. Cierren por un momento los ojos y déjense llevar. Tal vez la memoria les retrotraiga a aquél mítico e íntimo estreno en la cofradía familiar de la mano de.., o precisamente aquella de la que el uso de razón le provenga. Indescriptibles sensaciones del camino a la Iglesia y la inigualable emoción, rota en llanto bajo el capirote, de engrosar por primera vez las filas a unos metros de la Cruz de Guía.

Eran otros tiempos. Probablemente una Semana Santa que hoy se registra en el tinte sepia de nuestra añoranza; Con la mitad de nazarenos en el cortejo. Con el bocadillo y los caramelos bien guardados en las bolsillos pero aun sin estampitas. Sin vallas en la Campana ni en la Avenida. Sin decenas de flashes o luciérnagas electrónicas entre la multitud. Sin los certeros reporteros de El Llamador . Sii no salia una hermandad no te lo creías hasta que llegabas a la calle donde debía estar a esa hora.

Entonces, como ahora empieza a prodigarse, el “ vestirse de nazareno” no se estilaba en el vocablo de cada cofrade. No; “fulanito; ¿sales con la Soledad? “ Vestirse se puede uno vestir para la noche de Carnaval o la del treintayuno de Noviembre. En efecto, se sale de nazareno; se acompaña a las Sagradas imágenes, que en ningún momento y absolutamente no salen -o no deben- a pasearse por ninguna calle.

Entonces acompañábamos a nuestro Cristo y a nuestra Virgen para el culto externo mas importante del año; la Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral: el sentido que los Primitivos Nazarenos de Sevilla dieron a su Estación desde la Ermita de San Antón a la de San Lázaro extramuros del Arco de Oriente. En la Semana Santa moderna era el culmen postrarse o rezar el rosario en el interior de la Catedral y visitar con la preces de rigor al Santísimo Sacramento; Los consejos de nuestros hermanos y mayores, todos, tenían esa sola dirección; Hoy treinta o veinticinco años mas tarde,esa meta se sitúa de forma fatal en la Santa Campana; si así no fuera, no estarían a la orden del día, todos los conflictos sobre cuántos minutos de retraso deja ésta o aquella por el palquillo; o qué incidencias acaecen con algunos cruces de hermandades en otros lugares. Se habla de cualquier sitio menos del que de verdad importa y debe trascender. Ay, si de lo que habría que estar debatiendo es de cómo prepararse para entrar por la Puerta de San Miguel. Y es que hoy, te plantas ante el DVD de cualquier año del Siglo XXI y dentro de la Catedral, al pasar por delante del Monumento, se ven como si pasaran por delante de un escaparate de los Grandes Almacenes de la Plaza del Duque. Pero eso sí, en la Santa Campana, todos,hasta los oficiales, pendientes del paso.

¿Que fue del sevillano sentido de la medida?

Aunque muchas hermandades y nazarenos, felizmente, no cumplen el axioma, en los tiempos que corren, con asiduidad , y en muchos casos, “bastantes nazarenos que se visten” no tienen claro ni lo que celebramos los cristianos esos días, ni para qué salimos de nazareno; ello nos entronca con los términos capiroteros, figurones, aficionados al costal o seguidores de las bandas. La terminología que usaron Ignacio Montaño o Enrique Esquivias en la Capilla del Museo es bastante apropiada.

Ya pueden descubrirse Hermanos.

Un simple vistazo, a cualquiera de estas noches de quinario, a través las puertas de la Carretería o por la ojiva de Águilas y se bañarán por el haz imperturbable e inmemorable espiritualidad, y entenderán mejor, por qué no son muy diferentes cuando rebasan las archivoltas de las efigies de San Laureano y San Hermenegildo de Pedro Millan en la Avenida.

A 42 dias de que el Cristo de la Salud y Buen Viaje los vea de nuevo.