Víctor García-Rayo pregonó a Utrera. M. A. Falcón Peña
Con los sones de A ti Manué, se inició el acto del pregón de la Semana Santa de Utrera, seguidamente la presentación a cargo de D. Rafael Rojas Sánchez, Hno. Mayor de la Hdad. de los Antiguos Alumnos Salesianos, capataz y primo del pregonero, quien con sus palabras nos hizo conocer más a fondo a D. Víctor Manuel García Rayo Luengo, tanto en el ámbito cofrade, como en el personal y profesional, pero sobre todo nos hizo comprender la elección de la marcha elegida por él, porque la melodía de a ti manué fue un lazo de unión entre el teatro Municipal Enrique de la Cuadra y un balcón en el cielo, donde a buen seguro estaría D. Ángel García Rayo, capataz y padre del pregonero, orgulloso de su hijo y costalero.
La marcha Amarguras, magistralmente interpretada por la Banda Ciudad de Utrera, dirigida por el joven profesor D. Basilio Fernández, conducía a la gente, que esperaba impaciente al esperado pregón, pórtico de la Semana Santa utrerana.
Inició el pregón dedicándoles unas palabras a una mujer humilde, devota de la virgen de Consolación, María Luque, a la que describió con prosa y un poema cargado de emoción. Tras la preceptiva referencia a las autoridades presentes, encabezadas por la representación eclesiástica, con el Rvdo. Sr. D. Diego Pérez Ojeda y con la presencia del Ilustrísimo Señor Alcalde D. Francisco Jiménez Morales, del Señor Presidente del Consejo Superior del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Utrera, D. Emilio Alfaya González, de los miembros del Consejo y hermanos mayores, el pregonero se dirigió al Padre, D. Diego, afirmándole que al misal le falta un tambor, expresión que aludía a la figura de D. Miguel Román Castellanos, recientemente fallecido, que destacó por ser un cura cofrade.
Resumimos las palabras con las que el pregonero recordó a D. Miguel: “Yo quiero ser altavoz de Utrera y de su Pasión. Padre que en el misal falta un tambor. Tomemos las iniciales de esa frase que leí en un boletín de Utrera. María Reina de Consolación. Son las mismas iniciales de Miguel Román Castellano, el tambor de nuestro misal. Las cofradías de Utrera, han perdido a un padre, han perdido a un hermano.
Miguel Román Castellano.
Castellano sería por su madre,
pero por mi madre que don Miguel era Utrerano.”
Después de tan especial dedicatoria, agradeció a su presentador las palabras que éste le dedicó, recordándole el momento en que acepto su presentación, a los pies del cristo del Amor, titular de su hermandad. Tuvo también elogios para su familia residente en utrera, por su apoyo, cariño, por hacerle vivir momentos inolvidables.
Medio siglo de apostolado, expresión que sirve de titulo a las palabras con las que narró la labor de la hermandad de los Muchachos de Consolación, hermandad que celebra sus bodas de Oro.
Comparó a las parroquias de Utrera, Santa María y Santiago el Mayor, con dos pares de banderillas que Dios tiene puesto en el sol, y entre las que está colocada Santa Ángela en ese monumento al que nunca le faltan las flores.
Prosiguió con la Hermandad de la Quinta Angustia , a la cual dedicó unas bellas palabras:
“En pocas horas sucederá de nuevo. Los costaleros de rodillas sacarán el palio de la Virgen de los Ángeles. Y los Ángeles pasarán por la calle e los Ángeles. Y las túnicas negras con esparto de los tramos del Señor anunciarán que Dios está muerto en los brazos de su madre.”
Asimismo, hizo referencia a las flores de la manigueta izquierda del paso de la Virgen de los Ángeles a las que llamó con el nombre de una pequeña Hermana de la Hermandad que subió al cielo. Y entre recuerdo y recuerdo a personajes populares de Utrera dio paso a la Hermandad de los Gitanos, a la cual dedicó hermosos versos:
“Pero el Padre abrió los ojos
y el pregonero callado.
¿Qué ha ocurrido, preguntaron?
Que al escribir de vosotros
me ha temblado la mano.
Porque admirarme me dijo:
soy el Cristo de la Buena Muerte
soy tu padre, tú mi hijo
soy salvador del mundo
y además… ¡soy gitano!
El pregonero fue interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos de los presentes, que salieron encantados con su pregón. Los utreranos hemos vivido hoy una intensa jornada, hemos reído, hemos llorado, hemos sentido. Sin duda este pregón siempre será recordado, Gracias Víctor, has abierto tu corazón y Utrera te abre para siempre el suyo.
Como es tradicional tuvo lugar el almuerzo homenaje al Pregonero, en el Salón los Torneros y tras finalizar el postre, el Consejo Local le hizo entrega de un pergamino enmarcado en un cuadro y en donde figuraban las iglesias de Utrera.
Nuevamente fue felicitado por todos los presentes, que se agrupaban en una numerosa fila, que desembocaba en la mesa del pregonero, para que él les firmase una dedicatoria en el libro del pregón.
Y haciendo un símil taurino, como Víctor es buen aficionado y además como en su profesión se dedica al mundo taurino, resumimos su pregón: 2 orejas y rabo, salida a hombros por la Puerta del Príncipe y a hombros por el puente hasta su Triana.
Fotos: M. A. Falcón Peña.
Más datos en: www.hermandadesdeutrera.com