Justa y Rufina, Santas sevillanas olvidadas. Reyes Pro Jiménez
En la Sevilla de los años finales del siglo III vivieron cristianos, e incluso hubo un obispo llamado Sabino, aunque significaban una minoría de la población de la ciudad, en la que nacieron y vivieron las hermanas Justa y Rufina. Serían santas y “patronas de Sevilla, dos jóvenes que procedían de una de las pocas familias cristianas de la Híspalis romana de finales del siglo III. Se dedicaban al trabajo del barro y la cerámica. Su martirio está fechado a finales del siglo III, hacia el año 287, en tiempos del emperador Maximiano” (carta Pastoral del Arzobispo, 17 julio 2022).
Justa y Rufina fueron encarceladas y martirizadas después de que en una procesión en honor de Afrodita tiraran al suelo y partieran el ídolo de esa diosa. La primera en ser martirizada y muerta fue Justa, el 17 de julio y a los dos días lo fue Rufina. Por ello la fiesta de las santas mártires Justa y Rufina se celebra según la tradición medieval hispánica el 17 ó el 19 de julio.
Según la obra La España Sagrada “…Es el primer dato histórico documentado con el que cuenta la Iglesia hispalense, hasta el punto de que su historia, puede afirmarse, comienza a partir del martirio de estas mujeres. En el Pasionario hispánico −libro litúrgico formado por el relato de los martirios (pasiones) y destinado a la lectura con motivo de los aniversarios de los santos dentro del Oficio− es donde aparece, ya a finales del siglo VI o principios del VII, el de estas santas. (Flores, E. España Sagrada, Tomo IX. 3ª ed. Real Academia de la Historia. Madrid. 1860).
Las Santas Justa y Rufina en la procesión del Corpus de1912, en el paso figuran también las “Tablas alfonsíes”. Archivo Mariano López Montes.
Justa y Rufina son copatronas de Sevilla y ya desde el siglo XVI se consideran patronas del gremio de los ceramistas. Recibían culto desde mucho antes, desde el siglo VII en época visigoda tuvieron en Sevilla basílica martirial y San Isidoro compuso un himno en su honor. Además se han identificado inscripciones y reliquias de esa época visigoda en Salpensa, Alcalá de los Gazules, Vejer de la Miel y Guadix. Su culto siguió en la Córdoba musulmana del siglo IX, y cuando hubo persecuciones de los cristianos mozárabes cordobeses éstos se refugiaron en Toledo y posiblemente dedicaron una parroquia a las Santas Justa y Rufina.
La parroquia de posible origen mozárabe de las
Santas Justa y Rufina en Toledo.
Según Alonso Morgado (Historia de Sevilla, 1587) unas reliquias de las Santas eran veneradas en el Monasterio de Sijena, donde fueron llevadas en 1118 después de pasar por Zaragoza. En varios lugares de España se celebran fiestas y se da culto a estas santas, en Manises (Valencia) las fiestas son del 14 al 20 de julio y en Payo de Ojeda (Palencia) el 19 y 20 de julio. Además de ser patronas de Sevilla lo son de las ciudades de Orihuela, Maluenda y Huete y tienen culto en numerosas ciudades. Además son patronas de los alfareros de Montauban en Francia.
En Sevilla se les dedicaron iglesias y conventos, como el convento de monjas Concepcionistas franciscanas de la calle Vírgenes hoy desaparecido, además las santas están vinculadas al actual monasterio de Capuchinos pues en una antigua ermita junto a la cercana Puerta de Córdoba se dio sepultura a las reliquias de las santas. El lugar del martirio, conocido como las «Sagradas Cárceles» también estuvo en un cenobio sevillano: el antiguo Convento de la Trinidad, actual Colegio Salesiano, en cuya iglesia existen imágenes de las santas.
En varias Iglesias de Sevilla hay otras imágenes de las Santas Justa y Rufina, como en la Santa Iglesia Catedral, además en distintas Parroquias: El Sagrario, Santas Justa y Rufina, Santa Ana, La Divina Pastora, Santa Catalina, Omnium Sanctorum, San Vicente Mártir, San Benito y Nuestra Señora de los Dolores. Además en otras iglesias y capillas como la Colegial del Divino Salvador, la Iglesia de San Hermenegildo, la Iglesia de los Terceros, la Iglesia del Señor San José, la Iglesia de la Misericordia, la Capilla de Nuestra Señora de la Estrella y la Capilla de Nuestra Señora del Carmen del Puente de Triana.
También las Santas aparecen en enseres de la Semana Santa de Sevilla, como por ejemplo los techos de palio de la Estrella y San Bernardo, los respiraderos de los Gitanos y de la Virgen del Buen Fin de la Lanzada, y en numerosas insignias. Incluso tienen su representación en la Literatura, por ejemplo en el conocido poema de Antonio Machado:
…Que por mucho que se diga
nadie aventajó en el arte cerámico y de alfarería
cual las Patronas del «barro» las Santas Justa y Rufina.
Su oficio es noble y bizarro y entre todos el primero,
pues para gloria del «barro», Dios fue el primer alfarero
y el hombre el primer cacharro.
Las Santas Justa y Rufina tienen dedicada una calle en Sevilla con el nombre de "Santas Patronas", antiguamente llamada Vírgenes, nombre que se cambió en el siglo XIX para no coincidir con el de la calle donde se levantó el convento de concepcionistas franciscanas. En la fachada de los números 48 y 50 de esta calle Santas Patronas existe un azulejo del siglo XVIII que puede ser recuerdo del Hospital que con el nombre de Santas Justa y Rufina existió allí desde el siglo XVI.
Azulejo en calle Santas Patronas, foto Reyes Pro
Las sevillanas Santas Justa y Rufina han sido pintadas por grandes artistas a lo largo de la Historia, como Hernando de Esturmio, Miguel de Esquivel, Ignacio de Ríes, Murillo, Zurbarán, Velázquez y Goya. Los atributos con las que se suelen representar son las palmas del martirio, objetos de cerámica y en ocasiones un león lamiendo los pies a Rufina recordando el momento en el que el león que iba a devorarla se volvió manso a los pies de la santa. “La tradicional iconografía que muestra a las santas con la Giralda en medio, fue consagrada por Murillo en la pintura que realiza para los Capuchinos de nuestra ciudad y que se basaba en la que Luis de Vargas había pintado al fresco en la cara norte de la Giralda en 1568” (Antonio Rodríguez Babío). Esta iconografía sería seguida mayoritariamente, e incluso era popular a comienzos del siglo XX cuando se puso de moda hacerse fotos que podríamos llamar “a lo divino” de forma similar a un uso bastante común en los retratos del silgo XVII.
Santas Justa y Rufina, Bartolomé Esteban Murillo hacia 1666. Museo BBAA. Procede del Convento de Capuchinos de Sevilla, donde estuvo en el retablo mayor, en el primer cuerpo del lado del evangelio.
Santas Justa y Rufina, Miguel Esquivel 1620, Catedral de Sevilla
Santas Justa y Rufina, Francisco de Goya 1817.
Sacristía de los Cálices de la Catedral de Sevilla.
Santa Justa y Rufina, fotografía de 1917.
Archivo Mariano López Montes
Pero este modo iconográfico no es el único usado por los artistas a la hora de representar las Santas Justa y Rufina pues, aunque la piadosa tradición cuenta su aparición en el terremoto de 1504 para evitar que cayese la Giralda, en otras representaciones de distintas fechas las santas protegen toda la ciudad de Sevilla, como es el caso de las imágenes del Altar Mayor de la Catedral, la tabla de la Parroquia de Santa Ana o el lienzo de Juan de Espinal en el Ayuntamiento.
Sevilla entre las Santas Justa y Rufina, Pedro Dancart fines siglo XV.
Retablo Mayor Catedral de Sevilla
Santas Justa y Rufina, obra del Maestro de Moguer en la Real Parroquia de Santa Ana en Triana (Fuente: Wikimedia Commons).
Santas Justa y Rufina. Juan Espinal 1760 aprox.
Ayuntamiento de Sevilla, Sala Capitular Baja.
La memoria de las Santas Justa y Rufina se celebra como es tradición según su “dies natalis” en la fecha de su muerte por martirio, el 17 o el 19 de julio, una conmemoración que ya figura en el calendario litúrgico inscrito en un pilar del patio de la iglesia prioral de Santa María de Carmona, de la segunda mitad del siglo VI. En la Catedral se festejaba día 17 de julio con rito doble de primera clase y estación a su capilla (también llamada de Santiago) y en el Sínodo de 1586 convocado por el cardenal Rodrigo de Castro se declara fiesta de primera clase para la ciudad de Sevilla y sus arrabales, como figura en el Misal propio de la Archidiócesis.
La antes muy arraigada y popular devoción a las Santas Justa y Rufina, Co-Patronas de la Ciudad de Sevilla por concesión pontificia, está hoy bastante olvidada, a pesar de contar con tantos ejemplos como nos ha dejado la historia del Arte y la Piedad Popular en nuestras iglesias. Para muchos Santa Justa sólo es una estación de tren. O por lo menos la devoción a las Santas merecería ser más conocida en nuestros días y en nuestra Ciudad, tan necesitada de su protección e intercesión.