Cincuenta años de Salud. Juan Manuel Labrador Jiménez

A la juventud de mi Hermandad de San Gonzalo.

Ha pasado medio siglo, o cinco décadas, o diez lustros, o más fácil, cincuenta años con sus cincuenta primaveras. ¡Ay!, Salud, cómo ha transcurrido el tiempo desde aquella primera salida a las calles de tu barrio y de tu ciudad, sin embargo, Tú de años no entiendes. ¿Qué es el tiempo para Ti? Nada, sólo el paso de acontecimientos que se convierten en recuerdos eternos.

La única diferencia entre 1955 y el día que tuvimos la oportunidad de vivir hasta bien entrada esta pasada madrugada son las generaciones de oraciones que han pasado por las cuentas de tu rosario, y los dedos que han acariciado tu sencillo manto en la íntima esquina donde te hallas en la parroquia, o los besos que han impregnado de devoción tus blancas y pulcras manos.

Ayer volviste a salir de tu templo para encender la llama de aquellos cuyas vidas surcan el mar de las lágrimas de tu rostro. "Blanca estela radiante de luz" te cantamos en tu salve, luz que brota de tus ojos, regalándonos la fe de una devoción sentida desde antiguo.

Acaba de nacer el otoño, pero este año, insólitamente, brotó el azahar de tus labios en los naranjos, cuando la frontera del verano se ahogaba en las flores de tu paso.

Hemos reescrito Contigo la historia del inicio del cariño que te profesa tu Barrio León, tu Dársena, tu Tardón, tu barriada de los Ángeles... Sin duda alguna, cuando la noche echó ayer su capote de lunares estrellados, Triana revivió aquel primer encuentro bajo el cielo de Sevilla, porque ahora, precisamente ahora, sobran las palabras, y basta lo que ya retienen nuestras retinas una vez finalizada tan memorable y mariana jornada.

Cinco décadas Contigo

paseando por Triana,

el arrabal donde emana

esa fe que es nuestro abrigo.

En voz alta te lo digo,

dulce Madre trianera:

sé Tú siempre la Enfermera

de mi amor de juventud,

pues la paz de tu Salud

me permite que te quiera.

Foto: Joaquín Corchero