Arte Sacro
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  • viernes, 26 de abril de 2024
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La Gloria velada en la calle Amparo. Francisco Javier Segura Márquez


Desde el pasado domingo 18 de marzo, la hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, que tiene su sede en la capilla del antiguo Hospital de los Viejos en la calle Amparo, nos ofrece una peculiar visión de su titular. Peculiar, porque verdaderamente la imagen no se ve. La Pastora de la calle Amparo se nos presenta oculta bajo un telón de color rojo que el camarín tiene incorporado para poder ocultar la imagen en diferentes momentos del año.

Dicho telón rojo, además de cerrarse para facilitar el trabajo del vestidor y las camareras, aparece cubierto también en Nochebuena, noche de espera y de impaciencia en la que, mientras se canta el Gloria, se levanta dicha cortina para dejar ver a la Divina Pastora con el Niño en brazos acompañada del Patriarca Bendito San José. Por ser esa noche tan familiar, la Misa del Gallo en la Pastora no es de las más frecuentadas, pero en ella también encontramos a la imagen tras esa tela que la cubre.

Del mismo modo, la liturgia de la Cuaresma prescribe que a partir del Domingo de Pasión y hasta el Sábado Santo, las imágenes letíficas y de santos aparezcan ocultas para que toda la atención se centre en las representaciones de la Pasión y la Muerte de Cristo. Estos velos echados sobre los retablos, ante los cuales se colocaban los Cristos y las imágenes de María Dolorosa en altares efímeros, son el antecedente de los altares de culto de las hermandades y cofradías sevillanas, rasgo que luego, ya en el siglo XIX pasó a los altares de gloria por contagio de formas y costumbres.

La imagen de la Divina Pastora está, tras ese velo, lo mismo que los crucifijos de la capilla, que se presentan velados con tul morado para que el misterio de la Redención se desvele en la tarde del Viernes Santo, en la que, en una ceremonia íntima y secreta quedan desvelados, aunque no podamos verlos hasta el Domingo de Resurrección, cuando la hermandad celebra su primera misa tras la Semana Santa. El próximo Jueves Santo, de hecho, la cruz de guía de la Hermandad de la Quinta Angustia, que sale desde la parroquia de la Magdalena, llevará su cruz de guía cubierta con tul morado, mientras que el Viernes Santo ya aparece descubierta siguiendo el sentido de revelarse el misterio del madero en la Acción Litúrgica de esa tarde. Es, además, en esa parroquia de la Magdalena donde año tras año se ha mantenido la costumbre de velar la imagen de la titular que ocupa el camarín del retablo mayor con un telón de damasco morado que en estos días podremos ver echado ante ella.

Otras imágenes que conservan, bien el velo o bien los elementos que permitían instalarlo son la Virgen de los Reyes del Monasterio de San Clemente, que mantiene el velo descorrido permanentemente, y muchos retablos que tienen sobre ellos los soportes para ese velo (por ejemplo, el de la Virgen del Mar, en la iglesia de la Misericordia, o el propio retablo mayor de la iglesia de San Martín, que tiene un peculiar sistema de cogida para este velo formado por dos barras de hierro que dibujan un gótico arco ojival, y que ahora es aprovechado para instalar las cortinas con las que se cubre el altar mayor durante los cultos de la hermandad de la Sagrada Lanzada.

La Divina Pastora es la gloria velada en la calle Amparo, siguiendo las más hermosas tradiciones de la religiosidad popular sevillana. Así podrán verla mañana quienes compartan con la hermandad la misa de Ramos a las 12:30 horas, que será presidida por el sacerdote Emilio Morejón Camacho, vicario parroquial de San Ildefonso y Santiago. Estos símbolos también anuncian y forman parte de la Semana Santa de Sevilla.

 










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