Entrega de Cruz Pro Ecclesia et Pontifice en la Parroquia de los Remedios de Sevilla‏

1. José Velázquez Sánchez.

Nacido en Guillena el 29 de enero de 1937, ha estado de sacristán y organista desde el año 1955, es decir, desde el momento de la creación de la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios. Apreciadísimo por toda la feligresía, a la que ha servido durante todos estos años con dedicación y entrega. Casado con María Luisa Ponce Verdugo, es padre de dos hijos y tiene tres nietas. Ha sido Profesor de piano y funcionario del Ayuntamiento de Sevilla en la Banda Municipal. Entre sus composiciones musicales, destaca la marcha procesional “Aniversario Macareno” (1989). Tras ella, también compuso “Victoria Cigarrera”, “Esperanza de Sor Ángela” y “Guadalupe, Madre de la Hispanidad ”.

Por problemas de salud, José no pudo desplazarse para recoger la condecoración y el mismo Arzobispo se acercó a su domicilio particular para entregársela en persona e interesarse por él.

2. Josefina Martínez Bozalongo.

Nacida el 2 de junio de 1923, en Buenos Aires (Argentina). Casada en el año 1950 con Francisco de Asís de la Serna Luquez, vive desde entonces entre nosotros. Fruto del matrimonio son sus cinco hijos y dieciséis nietos.

Por encargo del que fuera el primer párroco, Otilio Ruiz Hernández, fue iniciadora y alma mater de la Campaña del Día del Seminario en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios. Estuvo al frente del grupo de colaboradoras de señoras hasta hace cinco años.

A continuación, el señor rector del Seminario Metropolitano de Santa María del Buen Aire y San Isidoro –acompañado del equipo de formadores, y un grupo de seminaristas que sirvieron como ministros del altar– le hizo entrega a Josefina de la máxima condecoración que otorga dicha institución y reservada para las madres de los sacerdotes, la medalla “Mater Sacerdotalis”, por su entrega a la oración y el sustento económico de las vocaciones.

Son dos momentos especialmente vividos con los más jóvenes y aquellas personas más destacadas en el servicio eclesial, que llenan de gozo y satisfacción a esta comunidad parroquial y le sirven de estímulo para seguir empeñados en llevar el Reino de Dios a todos los rincones del barrio.