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Apoteosis Pastoreña que recuperó estampas del siglo XVIII.


 Francisco Santiago. La Hermandad de la Divina Pastora de las Almas y Santa Marina vivió el domingo 18 de septiembre una de sus procesiones más jubilosas, quizás comparada a la celebrada en el 2003, donde se conmemoró el III Centenario de la Hermandad y de la Advocación. 

Ya en el interior del templo los allí asistentes nos sorprendimos ante el original risco, con un bello exorno floral multicolor y multitud de mariposas y granadas. Igualmente bella la Virgen , ataviada de forma diferente a como se habían desarrollado los cultos días antes. Antonio Santiago ultimaba a sus hombres, dando los últimos toques a las filas y asegurando el correcto ropaje de sus costaleros.

Se acercaba el momento de la salida y poco a poco los aledaños de la calle Amparo comenzaban a estar poblados de un inmenso gentío creciente. En el cortejo acompañando al Hermano Mayor, Andrés Martín, el Director Espiritual de la Corporación , además del mariolo Giovanni Lanzafame y representaciones de las hermandades de la Divina Pastora de Capuchinos y Ntra. Sra. de la Cabeza. Teófilo Martínez fue el Consejero presente en la procesión.

 Dos pastorcitos y una pastora de joven edad acompañaban a la Virgen , la hija del Ex Consejero de Gloria Salvador Navarro y el hijo de Irene Gallardo y Antonio López, con la presencia de su abuelo Alberto Gallardo.

Una de las características de esta hermandad es la interpretación del Himno Nacional dos veces, a la salida del Simpecado y a la Salida de la Titular.

Entre una y otra interpretación por la Banda de Música de Las Cigarreras, el Silencio se hizo presente para dejar el solo de voz de Antonio Santiago, mandando magistralmente a sus hombres por segundo año y marcando de nuevo un pleno al quince en el martillo de la Divina Pastora.

Calles Imposibles

La multitud se va incrementando paulatinamente, hasta tal punto, que la estrechez de la calle Espíritu Santo hace pensarse a más de uno el mantenerse en ella, porque ya se empezaban a formar conatos de bulla.

Tras dejar la calle Castellar, se produce otro de los reencuentros con la historia, recuperándose la visita a la iglesia de San Marcos tal y como se vino haciendo desde 1705 hasta 1936. 

Bellas estampas se van produciendo en el transcurrir de la procesión por esas calles imposibles hasta llegar al entorno de San Luis, quizás el menos indicado para una procesión, pero el único viable para entrar al punto álgido que supone la calle “Divina Pasotra”.

Salve Madre

La Pastora llega a la calle que lleva su nombre, la banda cesa y suena el cántico en forma de oración coreada por la macrobulla que allí espera a la Virgen : Salve Madre. Tras la oración, suenan los Campanilleros y comienza la apoteosis pastoreña en forma de pétalos desde distintos balcones y fuegos artificiales. 

Este momento es indescriptible, sobre todo porque la salida de la calle de nuevo son callejuelas y resulta casi imposible abandonar el lugar, aunque la marea humana se hizo corriente hasta llegar a la calle Feria.

Rosario en Monte-Sión.

En la parte ancha de la calle Feria, el público retoma el aire y se concentra a las puertas de la capilla de la vecina Hermandad de Monte-Sión, donde la Pastora llega a los sones del Himno de la Coronación , “Rosario de Monte-Sión”.

La Dolorosa del Rosario preside el Altar, con esa dulce apariencia de novicia que nos llevaba hasta los días previos a su coronación canónica, cuando partía en Rosario de la Aurora hasta la Catedral.

Volviendo a los orígenes 

A todo esto el retraso debido a las bullas y concentraciones de público se va haciendo patente, a las 23:00 horas, que era la prevista para su entrada, la Virgen llega hasta San Juan de la palma, donde le esperan las representaciones Corporativas allí residentes, las cuales realizaron ofrendas florares a la Titular de la calle Amparo.

Fue un reencuentro de emociones, de advocaciones románticas y religiosas, donde el recuerdo de la Orden Menor Capuchina, La Orden de Hermanas Agustinas y las Hermanas de la Cruz conjugan advocaciones de bella estampa: Amargura y Pastora.

Andrés Martín recordó a los presentes el motivo de la entrada en San Juan de la Palma de la Divina Pastora , porque esta entrada no es casual ni mucho menos; la historia que comenzara hace ya tres siglos partió del Convento de la Encarnación hasta la vecina San Juan de la Palma , desde donde se produce la primera salida con la Imagen en octubre de 1705 hasta Santa Marina.

Y para los que no conozcan los orígenes, decir que las hermanas agustinas del Convento de la Encarnación , fueron las primeras vestidoras de la Virgen , dado que la Superiora del convento era sobrina de Fray Isidoro de Sevilla.

Salve Regina

La procesión llega a su fin, el público ha descendido, pero quedan esas estampas del recuerdo que van impregnando nuestras retinas. Y es que la Pastora es vuelta hacia el público que allí la acompaña, entrando en su capilla y terminando la misma con el Salve Regina.

Ha concluido un día de los que las Glorias deberían de tener cada fin de semana, el sentirse una hermandad arropada por la devoción y la fe, por ese publico que sabe reconocer las cosas bien hechas y la recuperación de una tradición que sigue poco a poco en alza.

Gracias a:

Andrés Martín por llevar la Hermandad en alza. 

Juan Martín Alcalde por compartir conmigo esas agradables tertulias siempre en torno a las Glorias.

Gabriel Solís por acercarme a ese otro halo de la fotografía mariana y gracias a todo el conjunto de hermanos y “amigos” pastoreños por dar a Sevilla un domingo de Gloria como yo, personalmente, nunca había vivido.

Y ustedes se preguntarán, ¿y esta ultima foto a qie viene? Pero esto es ya otra historia...

Fotos: Francisco Santiago 










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