Apoteosis pastoreña en la calle Amparo (ampliado)

Francisco Santiago. La tarde-noche del domingo 16 de septiembre estuvo llena de emociones, de vivencias compartidas, de intensos recuerdos para los que ya no están con nosotros, en la salida procesional de la Divina Pastora.

La Pastora de Nuestras Almas recorrió su feligresía para volver a los aledaños donde tanto tiempo vivió entre esos vecinos de la calle que le da nombre. Las Hermandades de La Cabeza, Guadalupe de las Misericordias y Madre de Dios del Rosario, acompañaron con sus estandartes, además del hermano mayor de la Pastora de San Antonio, los Reales Tercios, Pastora de Capuchinos y el Capiller, Giovanni Lanzafame.

Una marea humana la acompañó durante todo el recorrido, a pesar del calor reinante, a pesar del propio domingo.

La Reina pastoreña nos hizo vibrar de emoción, entre guirnaldas, cohetes, pétalos, versos y música. Recuerdos que aún perviven en nuestros oídos, con las hermandades que han acompañado al cortejo...

Emociones elevadas a la máxima potencia desde ese risco con espejos que es su paso procesional y que tuvo el cénit en la calle Divina Pastora, donde los versos de Francis se unieron a las sevillanas pastoreñas, la cohetería y los vivas a la Virgen, todo ello con una gran petalada en su honor.

Este año no entro en San Juan de la Palma, aunque las hermandades que residen en dicho templo esperaban en la puerta ojival, haciendo sendas ofrendas florales, culminando con la Salve. igualmente en la Capilla de Monte-Sión fue recibida la Devoción de Fray Isidoro, para culminar a las 11:30 horas la salida bajo los sones de la Banda de Música de Ntra. Sra. del SoL. 

 

Fotos: Francisco Santiago