Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • domingo, 5 de mayo de 2024
  • faltan 343 días para el Domingo de Ramos

¿A qué suena la Esperanza?. Carlos Colón. Diario de Sevilla


Suena a oro bordado por Juan Manuel golpeando plata labrada por Cayetano González. Suena a saetas de Torres, de Centeno y de la Niña de la Alfalfa, a copla de Juana Reina y a salve de Turina con letra de los Quintero. Suena al arrebato de gozo que estalla en la marcha de Morales, a ese aire de canción oída a través de una ventana de Torrigiano, Torres, Parra o Sagunto que tiene la copla en forma de marcha que le hizo Cebrián, al eterno pasar del gozo por las calles de la memoria al son de Gámez Laserna, a contrapunto de cornetas de la Centuria labrado sobre el oro coronado de la marcha alegre y solemne de Braña, a campanilleros de Farfán en los que se funden el Adviento y la Cuaresma, la Navidad y la Semana Santa, los gozos del 18 de diciembre y los de la Madrugada.

Suena al murmullo creciente que la anuncia cuando desde lejos se ven sus fabulosos ciriales chorreados de cera derretida, inclinados por la fuerza de la respetuosa multitud que se aprieta para abrir esa calle de cuerpos y de miradas por la que siempre pasa la que nunca está sola, porque nunca solo deja a nadie. Suena al silencio que impone cuando arría, la banda calla, la multitud enmudece y el péndulo con forma de ancla mide dentro de la transparente celosía de la corona un instante eterno. Suena a esa succión del aire que nos deja sin respiración cuando una levantá parece arrebatarla, llevársela a donde le corresponde estar, para después devolvérnosla, encogiéndonos y ensanchándonos el corazón como ese vuelo achica las luces de su candelería hasta casi parecer que las apaga para que después renazcan más luminosas y brillantes, pura luz resucitada. Suena al golpe rotundo –madera, terciopelo, oro, plata, corazón– que hace temblar la tierra cuando el paso se posa en ella, como si ya las tumbas se abrieran en cumplimiento de la promesa de su cara. Suena a la marcha lejana que nos suena por dentro cuando la dejamos y la vemos irse tan radiante como vino, porque si "de frente y de perfil más buena moza no cabe", también de frente o de espaldas, viniendo o yéndose, es siempre contagiosa su alegría y visible su misterio al ser todo su palio irradiación de su cara.

Suena a sollozo sofocado, a oración bisbiseada, al murmullo de vida –por lo tanto de gozo y de dolor, de virtud y de pecado– que estos días la envuelve en su Basílica; ese murmullo que decrece conforme el río cálido y humano de la cola avanza, entra en el templo y se aproxima a la Virgen; hasta desaparecer en ese silencio absoluto en el que los ojos rezan mirando y las bocas, besando; bendición de las colas de diciembre en la Resolana y del Domingo de Ramos, Lunes y Martes Santo en San Lorenzo, que hacen que en Sevilla nadie se sienta del todo solo, abandonado o huérfano. ¿Que a qué suena la Macarena? A la palabra definitiva y última que le crece por dentro y le desborda, resurrección; que dicha hoy suena así: Esperanza.

Mas info en: www.diariodesevilla.com










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.