Provincia. La Divina Pastora de las Almas recibió la devoción de su pueblo de Alcalá de Guadaíra tras su bendición

Manuel Pinto Montero. Hace ya algunos años la fe y la devoción pastoreña alcanzó los corazones de un grupo de alcalareños que quisieron contemplar por sus calles a la Santísima Virgen bajo la sevillana advocación de Divina Pastora de las Almas, un sueño que en días pasado se hizo realidad tras años de duro trabajo y después de continuar el camino cuando los problemas aparecían, viendo cada vez más lejano el momento que todos deseaban vivir.

Y ese momento llegaba la noche del pasado miércoles cuando la imagen de la Divina Pastora de las Almas llegaba hasta la Parroquia de San Agustín, y lo hacía entre lágrimas de alegría de aquellos que hoy han regalado a la Alcalá cofrade una nueva advocación mariana. La imagen era entronizaba en el Altar Mayor a la espera de recibir las oraciones de su pueblo tras la gloriosa bendición.

Todo fueron nervios y preparativos para que todo estuviese listo. Durante meses se preparó la Capilla donde recibiría cultos la Divina Pastora de las Almas situada en la calle Olivo del alcalareño barrio de Santa Lucía. Hasta allí se desplazó nuestro Arzobispo, don Juan José Asenjo, para bendecir la capilla en la tarde del jueves 4 de diciembre durante una solemne eucaristía ante muchos fieles que dejaron pequeño el lugar.

Tras la Eucaristía todos los fieles, devotos e invitados se desplazaron hasta la Parroquia de San Agustín, donde en el Altar Mayor esperaba la Divina Pastora de las Almas en un bellísimo altar preparado por su Grupo de Fieles con enseres de distintas corporaciones. Tal y como estaba previsto, aunque en los últimos días se habían producido algunos cambios, fue don Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla, quien bendijo la bellísima imagen de la Divina Pastora de las Almas. Una imagen tallada en el año 2009 por Miguel Bejarano y que esperó durante años las oraciones y besos de su pueblo alcalareño.

Las Hermandades pastoreñas de Cantillana y Triana amadrinaron la bendición de la imagen alcalareña cediendo para la ocasión algunos de los enseres de sus titulares para que lo luciera la nueva imagen. Triana cedió su manto y Cantillana el cayado de oro que portó en su mano izquierda.

Tras la bendición el párroco y arcipreste alcalareño ofició la Eucaristía tras la cual se inició el besamanos donde todos los fieles dejaron el primer beso en sus manos. Las primeras plegarias y los primeros vivas se lanzaron a los pies de la Divina Pastora de las Almas.

Durante tres días recibió el cariño de todo un pueblo en la Parroquia de San Agustín, templo que abandonaría la tarde del pasado 8 de diciembre para caminar hasta la que será su casa en el barrio de Santa Lucia. Antes el Grupo de Fieles quiso tener un detalle con sus madrinas para perpetuar la ayuda y los ánimos que han recibido para llevar la devoción pastoreña a la ciudad alcalareña.

Con paso lento la Divina Pastora portada en andas, con bellísimo exorno floral, abandonaba el Altar Mayor para dirigirse hasta la capilla de la Hermandad de la Borriquita. La salve sonó en la Parroquia alcalareña cuando se unían dos advocaciones marianas; la de Oliva y Pastora. Las campanas de la torre y los cohetes en el cielo anunciaban que la Divina Pastora de las Almas paseaba por su pueblo mientras se rezaba el Santo Rosario cantando los distintos misterios su coro pastoreño.

El cortejo estuvo compuesto por las distintas Hermandades y asociaciones de la Parroquia así como por los estandartes y juntas de gobierno de las Hermandades madrinas, de Cantillana y Triana. A su paso balcones engalanados y cohetes en el cielo anunciaban uno de los días más esperados por los devotos pastoreños.

Poco a poco recorrió la distancia que separa el Templo de San Agustín de su Capilla a la cual llegó sobre las ocho de la tarde bajo una lluvia de pétalos que la Hermandad de la Borriquita regaló a la Santísima Virgen. A las puertas de la capilla los sentimientos se hicieron más fuertes cuando el coro cantó “Por ti Pastora”, compuesta para esta imagen alcalareña. Tras desmontar las andas para poder salvar las dimensiones de la capilla la Divina Pastora de las Almas entraba en su casa entre lágrimas y emociones, entre vivas, canticos y poesías que sus nuevos vecinos le dedicaron dándole de este modo la bienvenida a casa, a este rincón alcalareño que se llenó de la gracia de la Santísima Virgen bajo la advocación de la Divina Pastora de las Almas.

Alcalá ya espera impaciente verla de nuevo en sus calles y a las sones de marchas procesionales portada por costaleros, regalándonos una nueva fecha en el calendario cofrade de Alcalá de Guadaíra, una fecha que quedará marcada por la devoción pastoreña.