Dos grandes olvidados -en proceso de recuperación- de la música cofrade sevillana: José Martínez Peralto y Luis Lerate Santaella. Francisco Javier Alonso Delgado
Los responsables de la música cofrade (diputados de música, directores de banda, directivos de las compañías discográficas) y los aficionados a la misma tenemos una deuda hacia estos dos autores que, muy poco a poco y con cuentagotas, se va satisfaciendo. Martínez Peralto y Lerate son dos de los nombres insignes de la composición de música cofradiera en la segunda mitad del siglo XX.
José Martínez Peralto (1898-1974) nace y muere en Sevilla. Inició sus estudios musicales con Miguel Mata y participó como violinista en la orquesta de cámara que fundó Manuel de Falla.
Fundó un famoso cuarteto de cuerda (el “Cuarteto Peralto”), que actuaba en las sesiones de cine mudo de la Sala Lloréns y en reuniones de la alta sociedad. Posteriormente en otro tipo de actos, como los cultos de diversas hermandades. Se cuenta también la simpática anécdota de que el rey Alfonso XIII le regaló un puro con vitola real por una de sus actuaciones en el Real Alcázar.
Estuvo vinculado a la Hermandad de la Hiniesta, de la que llegó a pertenecer a la Junta de Gobierno, dedicando tres marchas a la misma. Además de música cofrade, compuso obras de distintos géneros, entre las que destaca el pasodoble “Serva la Bari”.
Su obra cofrade consta de doce marchas, de las cuales hay varias que se encuentran en paradero desconocido aunque se sabe de su existencia: “La Escalera”, dedicada a la Hermandad de la Quinta Angustia, “Montserrat”, dedicada a la hermandad homónima y “Purificación”, dedicada a la Hermandad de la Candelaria.
Las nueve marchas restantes son algo más conocidas y se pueden escuchar en conciertos o en la calle. Estas marchas son: “Esperanza Trianera” (1940), “Cristo de la Buena Muerte” (1943), “Hiniesta” (1945), “Subterráneo” (1953), “Madre de la Oliva” (1953), “Madre de Dios” (1954), “Virgen del Amparo” (1956), “Nuestra Señora de la Hiniesta” (1960) y “Virgen de la Soledad” (1960).
De todas ellas, la única que aparece con cierta frecuencia en los repertorios de las bandas de música es “Hiniesta”, que se interpreta en varias ocasiones en la Estación de Penitencia de la hermandad del Domingo de Ramos y que ha sido grabada últimamente por las bandas Julián Cerdán y Municipal de Mairena del Alcor.
El resto de las obras empiezan ahora a ser valoradas en su justa medida gracias a la labor de recuperación que se está realizando por parte de instituciones como la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla y de colectivos de aficionados a la música procesional como los componentes de la página web “Patrimonio Musical”.
A modo de ejemplo, señalaremos:
“Esperanza Trianera” se grabó por la Banda del Carmen de Salteras en su disco “…Para Sevilla por su fundación” (2003) pero no se toca en la Estación de Penitencia de la hermandad a la que está dedicada.
“Cristo de la Buena Muerte” no se interpreta habitualmente en su hermandad de la Hiniesta. Últimamente solo se ha incluido en conciertos de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla celebrados en la cuaresma de 2005 y en otoño del mismo año.
“Subterráneo” vivió el más absoluto de los olvidos hasta que en el pasado año fue recuperada por Fco. Javier Gutiérrez Juan e incluida en el disco “Maestros de la Pasión” de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla.
“Madre de la Oliva” será recuperada próximamente por la Banda del Carmen de Salteras.
“Madre de Dios” se recuperó en el año 2003 gracias a la labor de José Antonio López Camacho, director de la Banda Julián Cerdán y la Junta de Gobierno de la Hermandad del Cristo de Burgos. En 2004, la hermandad me encargó una nueva instrumentación de la marcha, que es la que actualmente interpreta la Banda de Tejera el Miércoles Santo.
“Virgen del Amparo” es habitual en la salida procesional de la Virgen que cierra las Glorias de Sevilla y ha sido grabada recientemente por la Banda de Dos Hermanas.
“Nuestra Señora de la Hiniesta” se suele interpretar en alguna ocasión en las procesiones de ida o vuelta de la Virgen de la Hiniesta Coronada con motivo de su anual traslado a la Plaza de San Francisco para presidir el Altar municipal en la procesión del Corpus Christi.
“Virgen de la Soledad”, después de muchos años olvidada, fue recuperada el pasado año gracias a la labor de José Manuel Castroviejo, la Banda Municipal de Sevilla y de mí mismo, que me ocupé de pasar a limpio la partitura.
Las marchas de Martínez Peralto son profundas y llenas de encanto. Siguiendo los cánones de la marcha procesional sevillana, en todas sus obras el autor consigue que rápidamente quedemos cautivados por la belleza y equilibrio compositivo de las mismas y que las reconozcamos inequívocamente como composiciones suyas, ya que en todas queda marcado su sello personal.
Luis Lerate Santaella (1910-1994), igualmente, nace y muere en Sevilla. Virtuoso del violín y Catedrático de Música de Cámara en el Conservatorio de Sevilla, estudió en Sevilla, Madrid y París.
Fue miembro fundador de la Orquesta Bética Filarmónica, que fundó Manuel de Falla. Consiguió los premios Manuel de Falla, en Sevilla; Pablo Sarasate, en Madrid; y, en París, en 1931, el premio de interpretación de violín.
Es autor de cinco marchas procesionales: “Cristo del Buen Fin” (1948), “María Santísima del Dulce Nombre” (1955), “Nuestra Señora de las Mercedes” (1957), “Cristo del Mayor Dolor” (1989) y “Jesús ante Anás” (1992), de las que, al menos las tres primeras se encuentran por méritos propios entre las más destacadas obras del patrimonio musical cofrade sevillano.
Desde el punto de vista cofrade, la inspiración de Lerate fue clara: tres marchas para su Hermandad de la Bofetá, una para la vecina Hermandad del Buen Fin y otra para la Hermandad de Santa Genoveva, de la que su hermano Antonio fue fundador. Sus obras son, musicalmente, académicas, bien elaboradas, muy inspiradas y de gran belleza, con ligeros toques de influencia andaluza en algunas de ellas.
El tratamiento armónico de sus obras resulta muy interesante, empleando recursos poco habituales en el género. Resulta delicioso y una de las señas de identidad en la música de Lerate el uso del acorde de subdominante en el momento de reforzar las cadencias finales de cada parte de sus marchas.
Formalmente, las tres primeras marchas de Lerate tienen una estructura similar: Introducción – Tema A (repetido) – Tema B (repetido) – Tema A. En la marcha “María Santísima del Dulce Nombre” añade la introducción como Coda final. Sin lugar a dudas, estas tres obras son lo mejor de su producción dentro de la música procesional. Se trata de tres piezas magníficas.
En cuanto a la difusión de sus marchas, “Cristo del Buen Fin” se ha grabado en los últimos años en tres ocasiones: dos veces por la Banda de las Nieves de Olivares y una tercera grabación por la extinta banda de la Esperanza de Triana. No es una marcha muy habitual en la calle.
“María Santísima del Dulce Nombre” es la obra de Lerate con mayor difusión y la más interpretada en la Semana Santa. En la base de datos de www.patrimoniomusical.com , se pueden contabilizar hasta quince grabaciones de esta marcha.
“Nuestra Señora de las Mercedes” ha sido una gran desconocida hasta fechas muy recientes, en parte, por la falta de atención por parte de la hermandad a la que la marcha está dedicada. La Banda Sinfónica Municipal de Sevilla la sacó de su letargo la pasada cuaresma y la incluyó en su disco “Maestros de la Pasión”. También la ha grabado en este año la Banda Santa Cecilia de Sorbas (Almería). La Banda del Carmen de Salteras, que acompaña desde 1980 a la Hermandad de Santa Genoveva, la ha incorporado a su repertorio y la ha interpretado ya en alguna ocasión. En la Semana Santa de 2006 comprobaremos si se toca con otras hermandades.
“Cristo del Mayor Dolor” y “Jesús ante Anás”, han tenido una vida parecida a la de la marcha anterior. Solamente se interpretaban en versión de órgano en los cultos de la Hermandad del Dulce Nombre. El pasado mes de diciembre, la Banda de la Oliva de Salteras, en un concierto en la Parroquia de San Lorenzo, recuperó ambas obras, para lo cual, el director de la formación, José Manuel Bernal, realizó la instrumentación para banda de música de “Cristo del Mayor Dolor”. Habrá que esperar a la próxima Semana Santa para ver si estas marchas se interpretan en la Estación de Penitencia de la hermandad del Martes Santo.
Foto: Francisco Santiago