La Trinidad cumple el sueño de ver coronada a la Esperanza. José María de la Hera. Diario de Sevilla
"Esperanza Trinitaria Coronada", podía leerse en las pancartas que habían sido instaladas en diversas calles del centro de la ciudad. Una ilusión de miles de hermanos y devotos hecha realidad ayer por la mañana, antes de que Nuestra Señora de la Esperanza regresara a su barrio y a su templo una vez coronada canónicamente.
La procesión de vuelta salió a las 20.00 desde la Catedral, que por la mañana había acogido el solemne pontifical presidido por el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo. Atrás quedaba una década de trámites –desde 1995– y más de un lustro desde la presentación de la solicitud en 2000.
Alrededor de 2.500 personas –muchas mujeres de mantilla y hombres de chaqué– asistieron en el primer templo de la ciudad a la ceremonia que comenzó a las 12.00 y que se prolongó por espacio de casi dos horas en medio de un sofocante calor mitigado por abanicos y programas de mano. Los fieles que estaban ubicados en las zonas más alejadas del altar tuvieron que seguir la ceremonia a través de las grandes pantallas de televisión colocadas junto a los pilares del templo metropolitano.
Casi 30 sacerdotes y religiosos concelebraron la eucaristía, en la que estuvieron presentes representantes de las órdenes trinitaria y salesiana, muy vinculadas a la corporación. También asistió el arzobispo emérito de Mérida-Badajoz y el vicario general de la archidiócesis y deán de la Catedral, Francisco Ortiz.
Aunque el alcalde no pudo acudir por problemas de agenda –asistía a esa hora a la asamblea de la Caja San Fernando– la corporación municipal estuvo representada por el concejal de Fiestas Mayores, Gonzalo Crespo, y el delegado de Gobernación, Francisco Fernández, entre otros ediles del equipo de gobierno (salvo Izquierda Unida) y la oposición.
Autoridades militares, representantes de los colegios profesionales y miembros del Consejo de Cofradías completaban la nómina de invitados. Destacó la ausencia de canónigos en el pontifical. Sólo dos (Peinado Merchante y Soria Campos, delegado a su vez de hermandades y cofradías) ocupaban los cuatro bancos reservados al Cabildo de la Catedral al pie del altar del Jubileo, donde se había colocado el paso de palio con toda la candelería encendida y la Virgen todavía sin corona.
Al inicio del pontifical, en el que intervino la coral San Felipe Neri, el vicario general y deán de la Catedral procedió a la lectura del decreto de coronación canónica de Nuestra Señora de la Esperanza de la Trinidad, rubricado por el cardenal el 24 de mayo, festividad de María Auxiliadora, patrona de los Salesianos.
Sin embargo, el momento más esperado no llegaría hasta las 12.50 cuando, terminada la homilía, se procedió al ritual de coronación. Monseñor Amigo bendijo la nueva presea y, a continuación, subió al paso de palio para colocarla sobre la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza entre los aplausos de los fieles, los flashes de los fotógrafos, las notas de la Marcha Real interpretada por el órgano y el repique de las campanas de la Giralda, que anunciaron la llegada del momento más esperado de la ceremonia. Tras descender del palio, el arzobispo abrazó al hermano mayor, Manuel Toledo Zamorano, quien apenas pudo contener la emoción.
El solemne pontifical concluyó a las dos menos cuarto de la tarde con el canto de la Salve dedicada a Nuestra Señora de la Esperanza Trinitaria.
Al descender del presbiterio, monseñor Amigo Vallejo saludó a las autoridades que habían estado presentes en la ceremonia, así como a los miembros de la junta de gobierno, a los que felicitó públicamente por el comportamiento mostrado durante los años de espera mientras el expediente seguía los trámites establecidos. Con ellos se fotografió delante del paso de palio y dedicó una última ovación a la Virgen antes de abandonar el altar del Jubileo.
La fiesta trinitaria continuó por la tarde. Nuestra Señora de la Esperanza salió de la Catedral a las ocho por la Puerta de los Palos para dirigirse al santuario de María Auxiliadora, en la ronda histórica, donde tenía prevista la entrada ya de madrugada.
Al pasar por el Ayuntamiento, la Virgen recibió el homenaje de la corporación municipal en la Plaza de San Francisco, debido a las obras del Metrocentro y peatonalización de la Plaza Nueva y la Avenida de la Constitución. La procesión continuó por la calle Tetuán hasta la Campana para enfilar a continuación hacia la plaza de la Encarnación por la calle Laraña y alcanzar la iglesia de la Trinidad por la calle Sol bien entrada la madrugada.
Los actos y cultos religiosos con motivo de la coronación canónica continúan hoy, festividad litúrgica de la Santísima Trinidad, con la celebración de una misa solemne en acción de gracias. Además, la Virgen quedará expuesta en besamanos extraordinario el próximo fin de semana, y el jueves día 22 será presentado un DVD con las imágenes de la coronación canónica de la imagen.
De esta manera concluirá el programa elaborado con motivo de un acontecimiento que se ha convertido ya en hito histórico para los hermanos de esta cofradía del Sábado Santo, que cuenta con casi 500 años de vida desde su fundación a principios del siglo XVI en el seno de la orden de religiosos trinitarios.
La coronación canónica de Nuestra Señora de la Esperanza de la Trinidad es la primera de este año, después de que en octubre del pasado 2005 recibiera la misma distinción la Virgen de la Palma, titular de la hermandad del Buen Fin. La próxima imagen mariana de Sevilla que será distinguida con este reconocimiento oficial de la Iglesia católica será la trianera Virgen de la O.
El cardenal cita a los inmigrantes como los "prisioneros del hambre"
El cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, rememoró los orígenes de la orden trinitaria y su labor en la redención de cautivos durante su homilía de ayer, al tiempo que hizo un llamamiento a la solidaridad para con "los hombres prisioneros del hambre que le quitan la dignidad", afirmó en clara alusión a los inmigrantes que llegan a España y Europa en busca de un futuro mejor. "Tienen que dejar su casa, familia, gente y emigrar exponiendo la propia vida para buscar el pan", añadió el prelado. El cardenal Amigo tuvo también palabras de reconocimiento para los hermanos Salesianos, muy vinculados a la corporación, y recordó a los "cautivos por la falta de fe" para quienes pidió el "auxilio del amor". Por otro lado, el arzobispo de Sevilla dedicó la mayor parte de su homilía al misterio de la Santísima Trinidad, cuya festividad se celebra hoy. "Todo se hace –dijo– en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; las bendiciones, el bautismo, la muerte". Así, justificó la coronación canónica de Nuestra Señora de la Esperanza "para honra de la Santísima Trinidad", un "misterio oscuro" y "arcano profundo" que para los cristianos es "grandeza" y está presente en la vida cotidiana. "Si algo hay de oscuridad es por lo inabarcable; como el amor, que por mucho que se entregue a los demás nunca se agota", apuntó. Monseñor Amigo recordó también la advocación de las cinco llagas de Cristo, titular de la corporación, de las que dijo que son "cinco manantiales sangrantes del amor de Jesucristo" o "el llanto de Dios Padre por la muerte de su Hijo". Según el prelado, es la Santísima Trinidad la que "nos ha unido a personas tan diferentes, desde niños pequeños en brazos de sus madres hasta personas con mucha experiencia detrás". Para el cardenal, la coronación canónica no es más que un signo de amor de los hijos a la Madre. "Hemos pedido a Justa y Rufina que nos prestara un poco de barro de su alfarería que por la gracia de Dios se ha convertido en corona de amor de los hijos a la Madre para honra y gloria de la Santísima Trinidad", concluyó.