Del Pregón de la Semana Santa 2009 pronunciado por Enrique Henares
Bienvenido el que viene como Arzobispo Coadjutor. Ya sé que se ha llevado la primera ovación de los Hermanos Mayores y sé que ha dicho que prescindir de las Hermandades sería un grave error; pero créame, Sevilla es difícil y sus hermandades más.
Las hermandades son un río desbordado que, en ocasiones, si se pretende encauzar, si se quiere encorsetar, ni riega ni da riqueza porque no inunda las marismas en su desborde.
Hay que tratarlas y quererlas; hay primero que conocerlas y después emplear, para el bien de la Iglesia y la sociedad, el potencial de sus valores, pero con respeto de su identidad.
Después de algunas noticias leídas en los periódicos tras su toma de posesión, quisiera ponerle de manifiesto no un reproche, mucho menos una crítica, menos todavía un consejo; no soy nadie para nada de ello.
Pero sí un filial y respetuoso comentario: quienes representan a las hermandades y cofradías de Sevilla se merecen un lugar de preferencia por lo que las mismas suponen en el servicio a su Iglesia, y aquí, al menos aquí en Sevilla, la Virgen de la Esperanza no sabe de secretarios.
Foto: Miguel Ángel Osuna Abril