Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • domingo, 11 de mayo de 2025
  • faltan 322 días para el Domingo de Ramos

Las Franciscanas Hijas de la Misericordia inauguran un año jubilar para celebrar el 150 aniversario de la congregación.


IVICON. Las Franciscanas Hijas de la Misericordia abrieron el pasado 14 de septiembre el Año Jubilar de la congregación para conmemorar los 150 años de su fundación, que se cumplirán el 14 de septiembre de 2006. Sus fundadores, don Gabriel Mariano Ribas de Pina, y su hermana, sor Concepción, iniciaron la andadura fundacional en Pina, pequeño pueblo de Mallorca, el 14 de septiembre de 1856.

Ambos crecieron imbuidos de la espiritualidad franciscana, a cuya Orden Tercera (Seglar) pertenecieron desde su más tierna infancia. Él, tras ordenarse sacerdote en Italia, proyectó en la congregación su deseo de vivir el estilo de pobreza y sencillez de Francisco de Asís. Sor Concepción, seducida por el proyecto de su hermano, también renunció a sus bienes y a una vida acomodada propia de la nobleza mallorquina, a la que pertenecía la familia, para abrazar la Regla de Francisco, siendo ella la primera superiora general de la congregación.

Interpelado por la situación socio-económica de Mallorca en el siglo XIX, y viendo la necesidad de atención médica y escolar que padecían la gente de los pueblos más pequeños de la Isla , Ribas de Pina centró el carisma de las religiosas en la enseñanza de los niños, la catequesis, la atención sanitaria y el decoro de los templos.

Muy pronto, por su entrega sencilla y desinteresada, las Franciscanas Hijas de la Misericordia se convirtieron en un referente emblemático para la gente. Desde entonces, las religiosas han venido desarrollando su misión, fieles a las Constituciones escritas por Gabriel Mariano Ribas de Pina: estar en los lugares más pobres, socorriendo la “mayor miseria”.

Con el paso del tiempo, en 1921 y haciendo realidad un deseo del fundador, la congregación se extendió fuera de Mallorca: primero, en Menorca e Italia, y luego en la Península Ibérica : Cuenca, Toledo, Cataluña, Madrid, Ciudad Real y Cáceres. Asimismo, y dando testimonio de su identidad misionera, abrieron comunidades en Bolivia, Perú, Estados Unidos (Texas) y México.

En la actualidad, conscientes de las nuevas exigencias de evangelización del hombre del siglo XXI, pero también conocedoras de la vigencia del legado de sus fundadores, afrontan estos retos esperanzadas, “con la mirada y el corazón puestos en sus raíces, fuente donde se impregnan de la savia y la fuerza para ser profetas, apóstoles y testigos del Evangelio”, informa Isabel Martínez Moreno.

Con esta inquietud emprenden la andadura del Año Jubilar recién inaugurado. Un acontecimiento que se disponen a vivir desde la gratitud por el trayecto recorrido y, por ello mismo, desde una actitud orante, “para que la antorcha que encendieron sus fundadores siga iluminando el corazón del mundo de hoy”.









Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.