La cruz de hierro de 1710 vuelve a rematar el Salvador. Carlos Navarro Antolin. Diario de Sevilla.

El Salvador recupera uno de sus símbolos. La cruz de hierro que remata el templo desde el año 1710 y que fue retirada con motivo de las obras de restauración vuelve a su sitio original. Un equipo de operarios la ha colocado esta semana valiéndose de un andamio especial instalado sobre la gran cúpula central. En un principio no estaba prevista la reposición de esta cruz, sustentada en una gran esfera que representa el mundo. De hecho, se encargó la ejecución de una réplica a Antonio Mendoza, que aún se encuentra desarrollando la tarea, pero la restauración de la cruz original ha dado tan buen resultado que la Oficina Técnica que dirige los trabajos del templo ha considerado idónea la reposición.

Esta cruz remata el templo desde sus orígenes. Sólo consta una bajada, la practicada precisamente hace unos meses. La cruz sobre una esfera supone justamente la heráldica del templo, la misma que se representa en la conocida como columna fundacional del Salvador, expuesta al público en el Patio de los Naranjos del templo gracias a la cesión efectuada por el Museo Arqueológico.

Puesto que la réplica está en proceso de construcción, el delegado episcopal para la restauración del templo, Juan Garrido, ya ha decidido que se termine y que sea expuesta en el columbario que está previsto acondicionar con motivo de las complejas obras de restauración de la iglesia. La esfera que sustenta la cruz lleva inscrita la fecha en la que fue subida como remate de la gran cúpula.

Mientras se desarrollan las obras según el calendario previsto, el Salvador continúa fiel a la incoativa de simultanear la presencia de la maquinaria de obra con las actividades culturales. Esta semana, por ejemplo, se ha inaugurado en el Patio de los Naranjos –cubierto y acondicionado para acoger todo tipo de actividades– una exposición sobre los cincuenta años de la Virgen de la Salud, titular de la Hermandad de San Gonzalo. En ella se pueden admirar fotos históricas sobre la primera salida de la Dolorosa del Barrio León, así como los nuevos respiraderos del paso de palio, obra del orfebre Juan Borrero.

La última gran novedad de las obras de restauración ha sido la instalación del pavimento de la iglesia. Atrás quedaron los días de zanjas con restos óseos.

Mas información en: www.diariodesevilla.com