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31/05/2005- De Frente: La Lupa. Morales Bermudo

La puerta de la Iglesia estaba abierta y provocó la curiosidad del grupo. Son pocas las horas en que el templo permanece accesible y ninguno recordaba bien cómo era. Se sorprendieron. Algunos pasitos estaban montados en sus naves, una procesión se disponía a salir en breves horas. El grupo estaba aún más absorto, trataba de discernir que representaban aquellos pasos, tan pequeños para lo que ellos conocían, tan distintos en su concepción, en lo que se mostraba en sus imágenes.

El del Niño Jesús era fácil de distinguir, el de la Inmaculada ya menos, aunque estaba claro que era una Virgen, al del Santo alguno del grupo le llamó "un Cristo" y el más enterado de todos le corrigió señalándole que se trataba de otro personaje histórico que la Iglesia ha elevado a los altares, pero quedaba por saber qué era aquel otro paso que tenía una especie de torre. "Esa es la custodia", afirmó el más avezado que sin conocer exactamente el significado de aquella estructura metálica de varios cuerpos, le recordaba lo que alguna vez ha visto impreso en periódicos o en imágenes televisivas.

El grupo permanecía sorprendido, hasta que el más curioso realizó una pregunta que ni el más instruido de todos logró resolver. Trataba de conocer qué era aquel objeto dorado que se albergaba en el centro de la custodia y que ya ninguno reconocía ni lejanamente. El ostensorio aún vacío donde habría de exponerse a Su Divina Majestad les era un componente absolutamente novedoso. El más ocurrente de todos tuvo la osadía de hacer la gracia: "eso es una lupa", a lo que el resto del colectivo respondió con una sonora carcajada demostrativa de su ignorancia y falta de respeto al lugar en que se encontraban, provocando la reacción del sacristán y algunos feligreses que esperaban al inicio de la poca concurrida misa parroquial y la inmediata salida del grupo del recinto sagrado aún envueltos en risotadas.

A un ignorante una custodia de mano u ostensorio le puede parecer una lupa cuando el Santísimo Sacramento aún no se halla expuesto y manifiesto en ella, y lo cierto es que la anécdota sirve para reflejar una realidad, la del bajo nivel que hoy en día se encuentra en las informaciones sobre nuestras hermandades. Las carencias formativas que se traslucen en noticias que leemos durante todo el año, referidas fundamentalmente a las cofradías de penitencia se aumentan, como el producto de una imagen aumentada por una lupa, cuando se refieren a las hermandades sacramentales y a las procesiones por ellas organizadas, ya que de las de gloria o simplemente se ignoran o se limitan a copiar los datos que envía el Consejo.

Este pasado fin de semana hemos leído de todo, desde ignorar a determinadas procesiones eucarísticas (San José Obrero y San Bartolomé no deben ser barrios de Sevilla para algunos periodistas) a afirmaciones que rallan lo irrisorio. Así, se nos contaba que la procesión eucarística de San Juan de la Palma iba a hacer "estación de penitencia" en los Conventos del Espíritu Santo y de las Hermanas de la Cruz. Al informador parece que la palabra estación sola no le sonaba bien, y le gustaba más el añadido de "de penitencia" que ha leído tantas y tantas veces, seguramente sin enterarse de qué significa. Hacer estación significa simplemente parar, detener la procesión en un lugar, y el calificativo "de penitencia" lógicamente va referido a cuando la procesión tiene tal carácter, y nunca se le puede aplicar a una procesión con Su Divina Majestad.

En esa misma página leíamos otra perla cultivada, precisamente referida a las estaciones que efectuaría la procesión eucarística de San Vicente en las Capillas del Dulce Nombre de Jesús y de la Expiración (para el informador ¿o podríamos calificarlo de "desinformador"? la Capilla de la Vera Cruz y del Museo, vulgarización del lenguaje y manifiesto desconocimiento), en las que se llegaba a afirmar que la procesión haría su entrada. Seguramente, la ignorancia del que firmaba la información llega al punto de desconocer que ninguna de ambas Capillas posee dos puertas para posibilitar el tránsito de una procesión que, con sus tres pasos, uno de ellos además de notable tamaño (las dimensiones del palio de la Virgen de las Aguas) sencillamente ni cabe por la puerta de la Capilla del Dulce Nombre de Jesús.

No quedan ahí los errores de bulto que cual lupa aumentan el desconocimiento de que hacen gala algunos informadores. Por dos días consecutivos en otro medio podemos leer que la custodia de la hermandad de la Sed, felizmente concluida este año, es de los Hermanos Delgado, conocidos orfebres, cuando la misma es una obra de talla salida de taller de los Hermanos Caballero. Error de bulto por duplicado, como digo, acompañado de otra afirmación no menos irrisoria, que calificó de suspensión histórica la del Corpus Chico de Triana, que hace sólo trece años que igualmente no pudo salir por la lluvia. Trece años deben ser poco para algún informador que en esa época quizás era demasiado joven para recordarlo, seguramente por que entonces no había visto en su vida una procesión eucarística, pero que ha demostrado ser algo peor que desmemoriado o mal informado, simplemente poco trabajador para recabar el dato que todos los trianeros recordaban, o poco cauto para seguir por la emisora Giralda TV la transmisión en la que reiteradamente Irene Gallardo y Juan Antonio Cuevas ofrecieron el dato.

Morales Bermudo
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