Sevilla en agosto. Canal Rancio.
Sevilla sin sevillanos, ¡oh, maravilla! Antonio Machado era el típico sevillano que se pasaba del arquetipo que nos diseñó Unamuno: finos y fríos. Antonio Machado era soso tirando a malajoso, solitario y un punto triste: como esos sevillanos rancios que pululan por la ciudad de la gracia. Cuando llega agosto, los rancios solitarios se sienten como peces en el agua o como barbos en adobo: en la gloria.
¿Agosto es el mes de los rancios más rancios? ¿En agosto disfrutamos realmente de Sevilla, o sufrimos una ciudad solitaria y achicharrada? Se admite la participación de rancios a pie de playa, siempre que vayan convenientemente ataviados. Taparrabos y tangas, no.
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