Patrimonio: Amores confía en que el turismo cultural se fije en la Encarnación. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla.
Carlos Navarro Antolin. Diario de Sevilla. La Encarnación es un "activo ocioso" pendiente de que la ciudad algún día sepa valorarla, mire hacia ella y le haga ganar peso en las ciudades que apuestan por un turismo cultural de alto valor. Se trata de la tesis del arqueólogo Fernando Amores, que ha dirigido la catas practicadas en los últimos años en esta plaza de más de 7.000 metros cuadrados. Amores, que anoche pronunció una conferencia en el Patio de los Naranjos del Salvador invitado por la Fundación de Aparejadores, es tajante cuando se le pregunta por el futuro de la Encarnación: "Como arqueólogo me hubiera gustado otro proyecto para este lugar [en referencia al Metropol Parasol]. Como técnico se tratará de mitigar al máximo el impacto sobre los restos. Yo apostaría para el futuro por una musealización efectiva. A esta ciudad parece que le falta creer en sus cosas. No creemos muchas veces en los recursos que tenemos. La Encarnación –añadió– es un activo que esta ahí, ocioso. La cripta y el sótano tienen que estar bien presentados y entonces es cuando la gente tendrá otra percepción de la Encarnación. Esta ciudad obtiene nuevos contenidos con la Encarnación, nuevas propuestas para un turismo cultural fuerte. Con esta plaza se pueden airear los contenidos de la ciudad, renovarlos. Muchas veces ocurre que en un casa están los muebles con polvo y es necesario desempolvarlos y no esperar a que alguien de fuera se fije en su verdadero valor".
El arqueólogo insiste en que los restos no deben quedar de cualquier manera: "La gente viaja mucho. Todos viajamos cada vez más. Por eso, no podemos presentar los restos de cualquier forma si se tiene en cuenta el nivel de presentación que hay ya en otras grandes ciudades que apuestan por el turismo cultural".
Amores recordó que las excavaciones practicadas en los últimos años –se ha trabajado hasta a siete metros de profundidad– han descartado muchas hipótesis sobre la evolución de este lugar único en el centro de la ciudad por tres características: es una plaza central, una gran superficie y se ha contado con la posibilidad de realizar las excavaciones sin las dificultades que provoca la entrada de agua, lo que sí ocurre en edificios como el Salvador, históricamente castigado por las filtraciones que bajan desde la Plaza de la Pescadería. "No existe un solar con estas características en todo el centro de la ciudad. Es un espacio único". Paradójicamente, tal como recordó el arqueólogo, las pantallas instaladas en un principio para la construcción de un aparcamiento subterráneo –finalmente descartado– han servido para impedir el avance de cualquier escorrentía y facilitar así las catas.
Amores agradeció hasta en dos ocasiones el esfuerzo económico del Ayuntamiento para con el proyecto de la Encarnación: "Este espacio ofrece una información de calidad sobre la ciudad que debe revertir en los ciudadanos, bien en publicaciones científicas, bien mediante la exposición de los restos bien presentados. Hay que resaltar la generosidad del Ayuntamiento en la financiación, sin su apuesta hubiera sido imposible".
La conferencia, titulada Evolución urbanística de Hispalis Isbiliya a través de la Encarnación, versó sobre algunos datos y curiosidades de los restos que han aparecido en las excavaciones realizadas entre los años 2003 y 2005. Respecto a los restos del siglo I d.C., Amores explicó que ya se han analizado los restos óseos de una fábrica de salazones, por lo que se puede concluir que se trata de sardinas. Hizo alusión también a otros hallazgos: el almacén de granos, la fábrica de producción de lucernas (lámparas) y la vidrería, cuyos hornos estaban situados frente a la actual iglesia de la Anunciación. A este respecto, se están analizando restos de ceniza de esta fábrica para obtener mayor información. Amores sí fue rotundo sobre este hallazgo: "Es el primer taller vidrio que se ha podido documentar en la Península Ibérica con propiedad".