Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 27 de abril de 2024
  • faltan 351 días para el Domingo de Ramos

De Las Naciones a la Plaza Nueva. Francisco Correal. Diario de Sevilla.


Fue uno de los ecologistas que en los primeros compases de la tala municipal se subió a un árbol de la Plaza Nueva. Un pionero en esta causa a la que se ha sumado en Madrid la baronesa Thyssen. Sergio Rodríguez, parafraseando el título oficioso de Félix Rodríguez de la Fuente, es el amigo de los ärboles. Una lucha que este aficionado a la espeleología empezó en su propia barriada, Las Naciones.

En ese barrio no tienen problemas estatutarios. No son una Nación. Son varias. Pero en la barriada de las Naciones y en la llamada Prolongación de las Naciones se vivió un intenso debate que ha resultado ser premonitorio. Situada entre la carretera de Carmona, de trazado antiguo, y la más moderna Avenida Alcalde Manuel del Valle, ha surgido una viva polémica en el vecindario sobre el arbolado.

"Mi padre llegó aquí cuando él tenía 14 años, los árboles son anteriores a la barriada", dice Sergio Rodríguez, 24 años, vecino de una de las 44 torretas cuyo reparto aparece en esta ONU de los bloques. Este joven ha avivado los mentideros del barrio desde que hace unos días emprendió una serie de acciones para diferenciar lo vegetal de lo vegetativo.

Acostumbrado a trabajar en las alturas en arriesgados trabajos de pintura, fontanería y albañilería, en la colocación de nidos de pájaros o en los tendidos de las vías del tren, colgarse de un árbol es casi una deformación profesional. Lo hace en los que han podado, desnudos de vegetación. "No estamos contra la poda, aunque no se está haciendo bien, sino contra la tala indiscriminada. Por cada cuatro árboles que quitan, ponen un naranjito, y no de la misma especie".

Ha realizado una nueva subida a los árboles podados después de hacer una acción simbólica: la siembra en uno de los numerosos jardines de la zona de un árbol que le ha regalado la Asociación de Amigos del Parque de la Oliva. "Decían que sólo iban a talar y que podarían los árboles enfermos, pero no nos han explicado los criterios. Por lo visto, iban a contar con el visto bueno de Parques y Jardines, pero ese testimonio lo queremos por escrito, no de palabra".

Antonio y Manoli llegaron a Las Naciones recién casados. Él, del Centro, telegrafista de profesión; ella, del Tiro de Línea. Viven en un octavo de una de las torretas en cuyo jardín aparecen siete árboles podados y sólo uno talado. Un eucalipto de la misma familia que el gigantesco que tapa prácticamente uno de los laterales del bloque. "Actúa como pararrayos muy peligroso", dice Manoli. "Nosotros no estamos contra los árboles, todo lo contrario. Esto era campo y hace unos años por aquí sólo estaba la vía del tren. Cuando hay viento fuerte, las ramas se cimbrean". Todavía se conservan los nombres que tuvieron las antiguas huertas: Santa Teresa, San Matías.

Son partidarios de que convivan las demandas de los ecologistas y la seguridad del vecindario. Tienen una hija que terminó Filología Inglesa y está haciendo oposiciones y un varón que estudia Ingeniería Electrónica y se encontró con unas inesperadas prácticas de Botánica. "Salía de casa y se le cayó una rama del eucalipto que han talado", dice su madre.

Sergio se cuelga con destreza y vocación, en Las Naciones, en la Plaza Nueva o donde haga falta, pero niega ser un colgado de las causas perdidas. Su oficio y sus anhelos lo han convertido en un hombre-árbol. "Es el decorado de mi infancia. Han talado dos árboles que les llamábamos enanos en los que yo me subía de pequeño. Allí jugábamos a indios y vaqueros y los han quitado de enmedio porque debajo dormía un indigente. De un plumazo se han cargado dos árboles y un negro".

"Estos árboles volverán a crecer y recuperar la forma habitual", dicen Antonio y Manoli. En cuanto al eucalipto de la discordia, atribuyen su plantación "a un vecino de otro bloque que trabajaba en Parques y Jardines".

María José ha sido la presidenta del bloque de los eucaliptos. Llegó a Las Naciones con 6 años, "aquí me crié y me casé". "Yo me llevo muy bien con los árboles. Que yo sepa, a mí no se me ha quejado ningún vecino por lo de los árboles". Dice que las podas y las talas las decide el presidente de la Intercomunidad, una especie de Koffie Annan de las Naciones. "A mí me gusta saber que están ahí los árboles, dan sombra y compañía".

www.diariodesevilla.com










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.