La “Puerta de la Campañilla” se restaurará en 10 meses

Arte Sacro. La Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura y la Catedral de Sevilla presentaron ayer el proyecto de restauración de la “Puerta de la Entrada en Jerusalén”, más conocida como la “Puerta de la Campanilla” de dicho templo. La intervención que realiza el Instituto de Patrimonio Histórico Español (IPHE), organismo dependiente de la citada Dirección General, continua las actuaciones iniciadas por este organismo en las portadas del Nacimiento (1998-1999), Bautismo de Cristo (2000-2001) y Adoración de los Magos (2003-2004). 

La puerta de la “Entrada de Cristo en Jerusalén” debe su nombre al relieve en barroco cocido que decora el tímpano. Actualmente suele conocerse con la denominación de “Puerta de la Campañilla” y hace referencia a una puerta exterior, que tenía una esquilla mediante la cual se llamaba al trabajo a los obreros de la catedral. No obstante, este acceso también recibió las denominaciones de “puerta del Cabildo” y “puerta del Consistorio” por su cercanía a la Sala Capitular, “puerta de San Cristóbal” por la vidriera situada sobre este acceso y “de los peones” por el uso habitual que le daba el personal de la obra en 1649.

El maestro mayor Juan de Hoces dirigió las obras de esta portada en la década de 1480 y en noviembre de 1521 el Cabildo encargó al escultor Miguel Perrin el relieve del tímpano y diez esculturas en barro cocido, que terminó a mediados de 1523. En estas esculturas, maestre Miguel manifiesta claramente una evolución respecto a las esculturas que realizó el crucero catedralicio (1517-1519), en el relieve y las esculturas de la puerta de los palos o de la Adoración de los Magos (1519-1520). Aquí el relieve exalta claramente la realeza del Rey de los Judos que concibió plásticamente en un espacio renacentista, en sintonía con los ideales estéticos que guiaron su relieve de la “Expulsión de los mercaderes del templo” en la puerta del perdón (1521).

La puerta de la Campanilla tuvo restauraciones en el siglo XVIII. A comienzos del siglo XX se presentaba muy deteriorada, con daños importantes. Fue restaurada por el arquitecto Joaquín de la Concha Alcaide y el escultor José Ordóñez en 1914, gracias al legado de Tomás de Ibarra y González que sufragó la intervención de las portadas de Campanilla, del Nacimiento o San Miguel, del Baptisterio y del Perdón (1912-1916).

La Catedral de Sevilla conserva uno de los patrimonios escultóricos en barro cocido más importantes de Europa con obras desde mediados del siglo VX al XVIII. Esta portada es la cuarta que restaura el Instituto de Patrimonio Histórico Español, organismo dependiente de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, en colaboración con el Cabildo Catedral.

Los materiales utilizados para la construcción de esta portada son los mimos que para el resto de las portadas góticas. La piedra es una calcarenita muy alterada fundamentalmente por la acción de la humedad y de la contaminación. Las esculturas de barro cocido presentan alteraciones similares a las que encontramos en la portada de Palos.

La intervención seguirá la misma metodología y criterio llevado a cabo en las portadas anteriores. También en este caso se reutilizará un Plan de Conservación Preventiva, con controles e intervenciones periódicas que aseguren el mantenimiento y conservación de esta magnífica obra.

El presupuesto de ejecución de la sobras es de 312.114,86 euros y el plazo de ejecución será de 10 meses. La dirección técnica de los trabajos correrá a cargo de los técnicos del IPHE autores del proyecto y Artyco, empresa adjudicataria, que pondrá a disposición de la obra un equipo de ocho restauradores, dos historiadores, un cantero, un peón especializado, un fotógrafo, un delineante, además del personal necesario para la recogida y estudio de datos ambientales.

Fotos: Antonio Sánchez Carrasco