Arte Sacro
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El nuevo retablo de la Capilla de los Marineros será sacramental y se podrá visitar diariamente. ABC


PF. SEVILLA. En la puerta de San Juan hay un taller que huele a cedro. Es amplio, de techos altos, como otros muchos que había en esta zona ribereña,de ajetreo gremial, artística y artesana, junto a Torneo. En este taller, tan ligado al arte de las cofradías, están haciendo un gran retablo prácticamente como se hacía en el siglo XVIII. Y entre una canastilla desnuda y otra de filigranas caladas, Manuel Guzmán va distribuyendo como puede las piezas gigantes, todavía aromáticas, que salen de sus manos. En esta carne de madera es donde se ve la maestría, las líneas suaves que han dejado los hierros al deslizarse. Una cartela por aquí, varios estípites por acá, y la madera se hace dueña del espacio. Luego vendrá la piel según el gusto: el oro y unos toques polícromos para para romper un poco los reflejos. Faltan paredes encaladas para tamaña empresa, porque en este estudio del recordado Manuel Guzmán Bejarano, su hijo Manuel no descansa: está saliendo airoso de un retablo de grandes proporciones, de los que ya no se hacen (10 metros de alto), que será para el Cristo de las Tres Caídas de la Hermandad de la Esperanza de Triana. El dibujo lo dejó terminado su padre, a escala, pero ahora su hijo lo lleva a la realidad de las tres dimensiones, respetando sus trazas pero inprimiéndole al mismo tiempo sus propios manejos de la gubia y del formón. Y sus conocimientos: carpintería, talla, escultura. Más tarde llegará el momento de los ajustes y de las modificaciones que una obra de estas características necesita. La ampliación de la capilla de los Marineros dejará sitio para este retablo que tendrá las funciones de capilla sacramental, y que «se verá todos los días», como afirma el hermano mayor de la Hermandad de la Esperanza de Triana, Ramón León. Las medidas del nuevo retablo son similares al principal de la capilla de los Marineros, el que procede del convento de la Merced de Osuna, obra del siglo XVIII, realizada por Francisco de Ceiba. No será mayor que éste, excepto las puertas de subida al camarín. El retablo consta de una calle central con hornacina, donde irá el Cristo de la Tres Caídas, y dos entrecalles laterales remarcadas por grandes estípites descansan sobre varios niños tenantes. Las tres calles se rematan con una gruesa cornisa que se descompone en un medio punto en la zona central, ocupando parte del tímpano semicircular que cierra toda la obra, donde irá una imagen de Santa Ana. Abajo, a cada lado, se abren dos puertas de acceso al camarín. La obra va muy adelantada. Queda seguir tallando la carpintería ya concluida: desde la parte baja hasta la cornisa. Aún quedan paredes.

http://sevilla.abc.es/20060618/sevilla-cofradias/nuevo-retablo-capilla-marineros_200606180352.html










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