Hoy, XXX Pregón del Costalero en la Hermandad de San Esteban

ENTREVISTA A DON ANTONIO F. BELLIDO NAVARRO

Pregonero del Costalero 2010

–        Pregunta obligada ¿cuál fue su sentimiento cuando la Hermandad le solicitó pronunciar el Pregón del costalero?

Gran parte de mi trabajo profesional como médico, se dedica a la interacción de sentimientos, superficiales o profundos. Ningún sentimiento es unívoco ni su descripción es fácilmente definible. Prefiero plasmarlos a lo largo y ancho del pregón.Se trata del tercer pregón en importancia social de Sevilla. Inmediatamente después de los oficiales del Consejo de Cofradías (penitencia y glorias). No cabe duda que conlleva una enorme responsabilidad.

–        ¿Cómo se inició en esto de los pregones? ¿cuál es su experiencia anterior en este ámbito?

Hace años, se agolpaban en mi mente gran cantidad de ideas, de vivencias, de emociones cofrades (y no cofrades) que necesitaba canalizar, a riesgo, en caso contrario, de contraer episodios ansioso-depresivos consecuentes a no encauzar la energía que tantas veces nos sobrepasa. Cuando comencé a escribir y a transmitir en tertulias cofrades algunos sonetos y prosa poética, percibí que era posible extenderlo a público en general y así empecé a hacerlo. Fue la necesidad de expresar, de gritar el nombre de Cristo. He pronunciado multitud de pregones, exaltaciones, conferencias, etc. en los últimos años. La experiencia ha sido sumamente positiva. Hay muchas formas de ser cofrade, y yo, gracias a Cristo, he encontrado la mía.

–        ¿Tiene algún pregón que recuerde especialmente o que le haya servido de inspiración?

Todos los pregones son distintos. Las imágenes titulares, la propia hermandad que te lo pide, el barrio en el que se ubica. Todo cambia, y el pregonero que realmente lo es, debe adaptar cada pregón al espacio, tiempo y lugar en el que lo pronuncia. Recuerdo con cariño el pregón del Rosario de Monte-Sión; el de la hermandad de los Gitanos (tras el que hubo una fiesta flamenca en la que me hicieron recitar y hasta canturrear una saeta que me salió fatal). El de la hermandad de gloria de Santa Lucía; la trianera de la O y tantos otros que me han llenado de satisfacción porque con todo ello, he podido conocer grandes personas, cofrades y cristianos.

–        ¿Tiene usted alguna vinculación personal con el mundo del costal?

En la década de 1970, vestí la faja y el costal en la hermandad de gloria de María Auxiliadora de Triana, ya que yo también fui un niño de Don Bosco. Pero en una “igualá” se equivocaron y durante un buen trecho, llevábamos los dos pateros delanteros todo el peso del palo, y yo creo que del paso. Ahí acabó mi prometedora carrera como costalero. Luego accedí al martillo y a la particular labor del contraguía, en esa misma hermandad y en la Vera Cruz de Villanueva del Ariscal. Grandes momentos vividos, a veces con gozos, a veces con mucha responsabilidad. En ellos me percaté que el sacrificio es la forma más certera de acercarse a Dios. Que el sufrimiento es un regalo del cielo, aunque cuando vivimos en él, lo percibimos como algo negativo. Pero solo en los momentos difíciles de nuestra vida, aprendemos el valor de las pequeñas cosas, de los gestos, de una sonrisa, de un aliento. Desgraciadamente vivimos en una sociedad que huye del dolor y solo busca divertirse. Nadie puede ser feliz así y de hecho nadie lo es.

–        ¿Cree usted en que el pregón debe contener mensajes sociales y/o de compromiso cristiano?

Por supuesto. Somos hombres de hoy, comprometidos con el mundo que nos ha tocado vivir y peleando en él. Flaco favor haríamos, si solo predicásemos frases líricas u olores a azahar y jazmín. Los problemas básicos de los cristianos actuales estarán presentes en el pregón, con respeto pero con firmeza. Los cristianos hemos de buscar a nuestro Señor en cualquier esquina, en cualquier plaza escondida, en la cabecera de cualquier enfermo y en cualquier micrófono que se nos ponga por delante.

–        ¿Ha comenzado y/o terminado su redacción?

Totalmente terminado. Realmente tenía tantas ideas relativas concretamente a este pregón y circulando por mi mente desde hacia tantos años, que no ha sido especialmente difícil plasmarlas en un papel

–        ¿Cuál es el estilo literario que usted utiliza más en sus pregones?

Poesía y prosa poética fundamentalmente. Algunos elementos prosaicos resultan necesarios para concatenar y dar estructura al texto, pero lo lírico me puede.

Levantar la voz al cielo y decir:

Como canta este canto bendito

Que grita en mi garganta

Y que con ilusión suplica

Como pétalos de oración

¡Viva la Reina de San Esteban,

Viva la Madre de Dios!

–        ¿Tiene alguna dedicatoria especial a alguien en concreto su pregón? Si es así, puede comentarnos ¿a quién y por qué?

El Pregón va con la dedicatoria especial a Pilar, mi madre, y por los motivos que dejo dichos en la publicación, o por ninguno en particular, porque qué persona no le debe casi todo a su madre.

–        ¿Qué le gustaría transmitir o aportar al costalero de Sevilla o al de nuestra Hermandad en su pregón?

Que recupere los orígenes ilusionantes de aquella década de 1970. Aquellos chavales de entre 18 y 25 años, que sin más arma que su propia fe, sin más orgullo que el de sentirse hijos de Dios y de María Santísima, y sin maldad alguna, llevaron el costal a su más alta esencia, hasta el punto de ser pioneros y admirados en el mundo entero por su valor, su coraje, su fuerza, su bondad y su corazón. Cuando estábamos debajo de Ella, y cada “levantá” se hacia por nuestro padre enfermo, por nuestro hijo con problemas, por un familiar que acababa de morir o por una de nuestra más profundas penas o tribulaciones. Eso era llevar el costal. Cualquier otra situación a la que por desgracia hemos asistido, no tiene nada ver con eso por mucho que se quiera pintar con paletas de colores.

–        Por último ¿quiere usted formular algún deseo en voz alta para el próximo día 23 de marzo?

Que los presentes en ese acto, me ayuden a decir la oración que quiero dirigir a Cristo y a su Santa Madre.

Que me acunen con su mirada, que me alienten con su voz y sus palmas, que alivien mi voz con su cariño, que me vean como a un amigo, como a un hermano en nuestro Señor Jesucristo, porque si algo quedará claro al final es que:

Ni es sevillano

Ni es bien “nacío”

El que no le rece

Al Cristo de la Salud

Con “tos” sus cinco “sentíos”.