Un día. José Miguel Maqueda Vela.
He cambiado tanto desde que nos conocimos. Estabas en un rincón oscuro alumbrado por un pequeño foco. Me llamaste. Te seguí. Me dejaste acompañarte. Cuando flaqueé nunca me reprochaste nada. Muchas personas vivieron por ti. Para ti. Muchos ya abrazaron tu costado. Muchos no respiran, pero te sienten.
Un día. Sólo es un día. Después de tanto tiempo no es nada. Y sin embargo tanto. El rito y la regla que anunció el poeta me son aún desconocidos. Pero llegará el día. Calzaré mis zapatillas. Apretará el ruán. Chocarán capirotes sin remedio. Y cuando el sol se aproxime al ocaso, te alzarás un año más sobre tu paso como si nada nuevo ocurriese.
Sólo un día, Señor. Viernes de Dolores. Pasión y Muerte.
Foto: Francisco de Borja Cordero.