La Hermandad de Pino Montano tuvo que regresar a su templo debido a la lluvia

Daniel García Acevedo. Ayer, Viernes de Dolores, fue un día muy complicado en lo meteorológico, para las 6 hermandades que tenían que procesionar.

De hecho solo 2 de ellas decidieron abrir las puertas de sus templos para comenzar la estación de penitencia, teniendo que volver precipitadamente por las inclemencias meteorológicas.

A la hora indicada, las 17,45 horas, el diputado mayor de gobierno indicaba a los hermanos que la junta de gobierno había decidido esperar una hora y cuarto para volver a reunirse, debido a que el riesgo de lluvia podía bajar mucho. Con ellos se encontraba el delegado de día, José Manuel Rodríguez.

Tras una nueva prórroga de media hora más, se decidió finalmente salir, en previsión de una mejoría cuando avanzaran las horas. Pero no fue así, sino todo lo contrario. Las nubes que se habían marchado, debido a un cambio de vientos, volvieron a nuestra ciudad y una vez que la cofradía llevaba, más o menos, una hora de recorrido, se vio sorprendida por la lluvia por lo que decidieron, finalmente, regresar lo antes posible.

 

Cuando el diputado mayor de gobierno anunció por el micrófono que la hermandad se pondría en la calle, los aplausos fueron muy grandes ya que las esperanzas de salir habían decrecido y ello se notaba en los rostros de los hermanos.

 

Fue la primera salida de los pasos por la nueva puerta de la parroquia de San Isidro Labrador, por lo que la corporación estaba deseosa de poder realizarla.

Con las noticias de las no salidas de Padre Pío y la Misión y la reunión en Bellavista, el paso de Ntro. P. Jesús de Nazaret se puso en la calle de una chicotá, con la interpretación de dos marchas empalmadas, tras el himno, a cargo de la agrupación musical de la Encarnación de San Benito, arrancando los aplausos del numeroso público congregado.

 

Posteriormente, la Stma. Virgen del Amor realizó la salida por la nueva puerta de la parroquia, acompañada musicalmente por la banda de música de la Cruz Roja , donde se desbordaron todos los sentimientos contenidos durante las horas de espera y en la que las lágrimas se adueñaron de las caras de todos los presentes.

 

 

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.